El polémico encuentro del CEP con la Presidenta Bachelet

El polémico encuentro del CEP con la Presidenta Bachelet

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«La reunión fue un tongo de punta a cabo». Así calificó este miércoles en La Segunda el ex presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), José Antonio Guzmán, el encuentro que sostuvo el 8 de octubre el Centro de Estudios Públicos (CEP) con la Presidenta de la República, Michelle Bachelet.

Este cuestionamiento sucedió a la carta que ese mismo día el empresario había publicado en «El Mercurio», en la que lanzó sus primeras críticas públicas al cónclave realizado en el think tank liderado por Eliodoro Matte, y tras la cual se han planteado una serie de interrogantes, desde ¿qué tan productivo fue el encuentro en un contexto donde existe una serie de inquietudes sobre el impacto de las reformas que está impulsando la actual administración? hasta ¿cuáles fueron las exigencias que La Moneda le hizo al CEP para que la Presidenta participara en el aniversario del think tank ?

En su carta, Guzmán cuestionó tres aspectos concretos del encuentro. Uno, que el diálogo «no fue tal»; dos, que el hecho de que no se discutieran los temas de fondo de las reformas impulsadas por el Gobierno constituía una amenaza para la gestión de los gremios empresariales con miras a «enmendar» los proyectos del Ejecutivo; y tres, que quienes habían participado en la reunión no representaban ni al 2% de los empresarios chilenos.

Si bien los dichos de Guzmán generaron una oleada de reacciones, de apoyo y disenso, ya a la salida del encuentro del CEP algunos empresarios habían dejado entrever que el contenido de la reunión había sido muy general.

«Me habría gustado que se hablaran cosas más atingentes al día a día», sostuvo Víctor Bezanilla, presidente de Besalco. Mientras que Bernardo Matte, director de CMPC, fue categórico: «¿Con qué sensación se queda? Igual como entré».

Sin embargo, fue esta semana que el tema cobró fuerza. Tras la carta de Guzmán, vino la réplica del director del CEP, Harald Beyer, también en una carta publicada en «El Mercurio». En ella aclaró el rol del CEP y explicó que el contexto del encuentro había sido un seminario para celebrar los 35 años del think tank y que la Presidenta había tenido «la gentileza» de exponer sobre la evolución de las confianzas en las instituciones públicas y privadas, materia en torno a la cual giraba el encuentro. Beyer precisó que las armas que los centros de estudio tenían para influir eran sus estudios y que a esa labor se había abocado el CEP durante 35 años.

Sin embargo, más allá de las aclaraciones, cartas y entrevistas, este tema abrió un fuerte debate sobre el porqué el CEP no aprovechó esa tribuna para exponerle a la Mandataria, de forma transparente y clara, las inquietudes que constantemente se están analizando en el mundo empresarial.

El rol de Pedro Güell y los acuerdos que se habrían negociado con anterioridad

El encuentro en el CEP comenzó el jueves 8 de octubre a las 8:25 de la mañana. A esa hora llegó a Monseñor Sótero Sanz 162 la Jefa de Estado acompañada por los ministros de Interior, Jorge Burgos; de Hacienda, Rodrigo Valdés; de la Secretaría General de Gobierno, Marcelo Díaz; de la Secretaría General de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre; y de Energía, Máximo Pacheco.

Las autoridades fueron recibidas por los representantes del CEP, encabezados por Eliodoro Matte, quien no ocultó en ningún minuto su satisfacción por tener presente a la Presidenta de la República en el 35° aniversario del CEP, afirman fuentes que participaron en el encuentro privado. Incluso un empresario contó las veces en que Matte le dijo a Bachelet que «era un honor» tenerla presente: 12 veces.

La comitiva presidencial no terminaba en el grupo ministerial que acompañó a Bachelet. Además de Haydée Rojas, jefa de prensa de Bachelet, estuvo presente el director de políticas públicas del gabinete presidencial, Pedro Güell, quien miraba atento cada movimiento durante la actividad. Y es que en las semanas previas al encuentro fue él el encargado de convenir con el CEP todos los detalles de la cita, cuentan distintas fuentes empresariales cercanas al centro de estudios.

Estas mismas fuentes agregan que el sociólogo incluso «negoció» con el centro de estudios el tipo de preguntas y los contenidos de estas punto por punto, no dejando nada al azar.

Este proceso para muchos explica el porqué no hubo espacios para quienes levantaron infructuosamente su mano ese día durante la ronda de preguntas para intervenir. «Es usual que en los encuentros del CEP con el Presidente varios tengan interés en preguntar y, si bien no todos alcanzan, hay cabida para que varios pueden intervenir, pero esta vez eso no fue posible», lamenta un empresario.

De acuerdo con fuentes consultadas, a solicitud de La Moneda, las cinco preguntas fueron definidas con anticipación por el CEP.

A varios llamó la atención que en algunos no se plantearan preguntas concretas. De hecho, el presidente del Banco Santander e investigador del CEP, Vittorio Corbo, expuso sobre la situación macroeconómica internacional, los efectos de la desaceleración de la economía china y apoyó el manejo fiscal del ministro Valdés, señalan.

En materia constitucional ocurrió algo curioso, recuerdan varios. Esto, porque si bien no se le preguntó derechamente por esta reforma a la Mandataria, ella sí lo abordó luego de una pregunta del investigador del CEP, Ernesto Ayala.

Ayala reflexionó sobre la pertinencia de hacer ajustes al modelo, más que avanzar en reformas estructurales, como las impulsadas por el Gobierno, y además indicó que quizás los chilenos no estaban de acuerdo con cambios tan profundos y que el programa del Gobierno partía de un diagnóstico errado.

En su respuesta, Bachelet defendió el ritmo impreso a los cambios que está impulsando su gobierno e incluso dijo que cuando salía a terreno la gente apoyaba su conducción. Fue aquí donde aseguró que muchas personas abogaban por una reforma constitucional y que si bien el Gobierno avanzaría en este compromiso, garantizó que no se iba a tocar la propiedad privada. Más detalles ni preguntas no hubo, señalan fuentes.

Quien a juicio de muchos fue «más punzante» en sus planteamientos fue el integrante del comité ejecutivo del CEP Salvador Said, quien además de abogar por retomar las confianzas entre el mundo público y privado, advirtió sobre los efectos de las reformas impulsadas por la actual administración y calificó como negativa la reforma laboral.

Ante esto, Bachelet defendió sus reformas, pero evitó abordar el tema laboral y, según quienes estuvieron presentes, no hubo espacios para contrapreguntar. A la salida, Said dejó entrever su desazón al señalar que le habría gustado que se hablaran «cosas más atingentes al día a día».

Cómo se pasó del financiamiento de la política a un chiste en inglés

La investigadora del CEP, Isabel Aninat, fue otra de las elegidas para hacer una pregunta y la suya versó en torno a la agenda legislativa que se estaba debatiendo para limitar el financiamiento de la política solo a los recursos públicos.

Una de las inquietudes que planteó Aninat fue la exclusión de los aportes de las empresas, argumentando que el problema no estaba ahí sino en los aportes que se hacían fuera del marco de la ley electoral. Fue entonces cuando intervino Burgos desdramatizando la situación y señalando que no estaban las condiciones para que las empresas aportaran a la política.

Más análisis del tema no hubo y el foco se trasladó a Carlo Solari, presidente de Falabella y miembro del comité ejecutivo del CEP. Su consulta tuvo relación con el retraso tecnológico que vive el país y la necesidad de mejorar el capital humano en temas como, por ejemplo, el dominio del inglés. Fue entonces que la Mandataria contó un chiste, lo cual para muchos denotó el nivel de «preacuerdo» que existía entre el CEP y La Moneda.

La Presidenta, en un perfecto inglés, contó la historia de un trabajador latino que se encontraba preocupado porque debía reunirse con su jefe extranjero al otro día y no estaba seguro de poder llevar una conversación en inglés. Al contarle sobre esta inquietud a su esposa, ella le dijo que confiara en sus capacidades y que podría desenvolverse. Al día siguiente, al regresar a su hogar, su esposa le preguntó cómo le había ido. Él le contestó que bien, pero que había quedado intrigado porque su jefe le había dicho algo sobre fuego y algo sobre playa (esto porque lo que realmente le había dicho el jefe era «you are fired…son of a bitch» ). Tras eso, la Presidenta reafirmó la necesidad de avanzar en una reforma educacional y reconoció que el dominio del inglés es una de las materias en que el país está al debe, señalan.

 

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