En la edición de ayer de «El Mercurio», un lector dice que la DC nació para combatir al comunismo. Debo rectificarlo. La Democracia Cristiana nació, no solo en Chile, sino en el mundo, para proponer la construcción de un orden social justo, dispuesta a enfrentarse a los dos rivales principales: el modelo capitalista y el modelo comunista. Por eso en Chile tomó como símbolo una flecha que va más allá de dos barreras.
Sin embargo, todos sus inspiradores, incluyendo a Maritain, sostienen que hay momentos en que es posible hacer alianzas tácticas con cualquiera de los rivales, incluidos capitalistas y comunistas, cuando se trata de avanzar en la profundización de la democracia o de confrontarse con otros modelos que destruyen a la persona humana.
La actual posición de la DC corresponde a su médula doctrinaria, a diferencia de aquellos que, por lograr espacios de poder y sentirse importantes desde su condición minoritaria, pactan con quienes han sostenido políticas y regímenes en el Chile reciente que van en desmedro de la persona y la armonía social. (El Mercurio Cartas)
Jaime Hales
Escritor, abogado
