El jardín de senderos que se bifurcan

El jardín de senderos que se bifurcan

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Es algo abusivo parafrasear a Borges, pero al observar nuestra política, el título de su mágico cuento y una de sus frases en él, me resultan irresistibles: “…solo en el presente ocurren hechos…”. Todos en el mismo momento del tiempo. Un jardín de senderos bifurcándose.

La centroizquierda, como la conocimos, agoniza. Se vació. Demasiados años de tumbos; de renuncios culposos a toda identidad propia. Atrás quedan sus triunfos sobre la derecha dictatorial y sobre esa otra izquierda, fracasada dentro y fuera de Chile, que nunca le perdonó sus éxitos como gobernante de la lucha contra la dictadura y de los años concertacionistas. Hoy, en este presente, esa otra izquierda cree que es tiempo de desplazarla en el electorado. La derecha, en tanto, reivindica el período del cual la centroizquierda renegó; se apropia de la identidad socialdemócrata; habla de “integración social” como respuesta a esa desigualdad que la centroizquierda solo dejó en diagnósticos carentes de respuestas convincentes.

El problema es que ni la actual derecha, ni menos esa mezcla de caos y ultraizquierda del PC y Jiles, pueden dar gobernabilidad por sí solos. Se necesita un complemento moderador nuevo para enfrentar polarizaciones e ingobernabilidades generalizadas, en las que destacan La Moneda y el Congreso. ¿Podrá jugar Muñoz ese rol? No lo sé. Pero es arduo remontar pronósticos electorales magros ante llamativas opciones ya instaladas. Toda identidad parece estar en manos de una ultraizquierda que seduce a militantes y electorado de la izquierda democrática; y una centroderecha que se despliega para acoger con brazos abiertos a un centro vaciado. Sin embargo, todo está abierto. Permítanme una convicción. La ultraizquierda no ganará y la derecha no podrá gobernar sola. Algo nuevo debe nacer. Pero tampoco lo de estos años, rebaraje de los mismos naipes gastados, anuncian futuros auspiciosos. Si todo no es más que PPD y PS excluyendo a la DC, el electorado de centro se deslizará a derecha. Y ese seguidismo impotente que han exhibido PPD y PS, no tiene fuerza para evitar un deslizamiento electoral hacia alternativas más deslumbrantes como Jadue y Jiles. Si no remecen contenidos, la deriva a centroderecha o a ultraizquierda se dará igual; y perderán. En ese caso, no deberían despreciar tener al menos una bancada parlamentaria que aporte gobernabilidad.

Tras esta centroizquierda fallida resuena la obra de senderos nuevos en la sociedad. Me encantaría se afirmara una separación de aguas, que veo en gestación. Aquella de la democracia libertaria, inclusiva y comprometida con la institucionalidad versus el autoritarismo ultra, antidemocrático, propiciador de la violencia. Quizás esa moderación que insinúa Muñoz puede ayudar a salvarnos de la ingobernabilidad. Pero, como en el cuento de Borges, solo en el desenlace se consagran certezas. (La Tercera)

Oscar Guillermo Garretón

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