El Gobierno ¿informa?

El Gobierno ¿informa?

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“El Gobierno Informa” se denomina un programa que acaba de lanzar el Ejecutivo para dar a conocer un reporte semanal acerca del quehacer de distintos ministerios. La idea es que en cada emisión se presenten ministros de Estado para dialogar con sus pares o subsecretarios acerca de las iniciativas puestas en marcha por La Moneda en diversos sectores, con el propósito de entregar la versión oficial sobre “los avances del gobierno, las medidas concretas y el impacto de ellas en la ciudadanía”, según ha explicado la ministra vocera.

Aunque existen algunas experiencias semejantes en países democráticos, la idea básica de “El Gobierno Informa” parece más propia de regímenes autoritarios o populistas. Busca crear canales de vinculación directa entre gobierno y ciudadanía, obviando el rol de intermediación que cumplen los medios de comunicación. Al sentir que estos no presentan de la manera que le gustaría sus proyectos y mensajes, el Gobierno parece creer que requiere un canal propio para cumplir dicho objetivo.

Las autoridades públicas solo pueden realizar aquello que les sea autorizado por el ordenamiento jurídico. La Ley N° 18.838 faculta al Ejecutivo para promover campañas de utilidad o interés público que tengan por objeto proteger a la población y difundir el respeto y promoción de los derechos de las personas. Es decir, el Gobierno puede anunciar programas y obras que vayan en beneficio de la población, pero no promocionar proyectos, planes o simples ideas que son objeto de debate cotidiano en el espacio común.

Justamente, la ley establece este tipo de restricciones con el propósito de impedir que el Gobierno utilice amplios recursos fiscales a su disposición para autopromocionar sus causas e ideas. De hecho, las leyes de presupuesto suelen incluir la prohibición de que el gobierno efectúe campañas publicitarias que tengan por objeto único enumerar los logros del Ejecutivo o de una autoridad específica.

Si bien la norma que reorganizó el Ministerio Secretaría General de Gobierno señala como función de este “establecer canales efectivos de comunicación entre gobernantes y gobernados”, y la vocera gubernamental ha sostenido que dicho ministerio “tiene la obligación de actuar como el órgano de comunicación del gobierno”, de ello no se desprende que La Moneda deba contar con un medio propio.

Aunque “El Gobierno Informa” incluirá una sección destinada a las preguntas de los medios de comunicación, una parte importante de su contenido tendrá un carácter meramente propagandístico. El formato supone que los funcionarios conversen y se pregunten entre ellos. Precisamente eso fue lo que hizo en la primera emisión del programa la ministra del Interior, Carolina Tohá, con los subsecretarios del Interior, Desarrollo Regional y Prevención del Delito, que dependen de esa cartera. El criterio es meramente divulgativo, no noticioso. Cada semana rotarán distintos miembros del gabinete, con prescindencia de lo que dicte la agenda noticiosa.

El Gobierno tiene pleno derecho a hacer un análisis crítico de la cobertura que recibe. Sin embargo, resulta evidente que día a día, a través de todos los soportes disponibles, sus miembros tienen la posibilidad de expresar opiniones, plantear críticas, presentar proyectos y planes, cuestionar a distintos actores y manifestar su postura en la más amplia variedad de temas. Tales intervenciones, como corresponde a una democracia moderna, son evaluadas por los medios informativos, que definen lo que es noticia. Al realizar esta tarea, no actúan por mero capricho, sino guiados por los criterios de noticiabilidad que establece la profesión periodística. Esto es lo que explica que la mayoría de los noticieros de radio y TV, así como la prensa, cubran día a día temas similares, aunque con distintos enfoques, propios de las definiciones y líneas editoriales de cada uno.

Los roles de vigilancia, robustecimiento de la comunidad, crítica a las autoridades y formación de la opinión pública que cumplen los medios suelen resultar incómodos para quienes ocupan posiciones de poder, incluido el gobierno. Pero como el actual Presidente de la República señaló durante la campaña que lo llevó al cargo, se trata de un papel necesario que forma parte de las reglas del juego democrático. Cuando los medios informativos son molestos para el poder, usualmente están haciendo bien su trabajo.

“El Gobierno Informa” parece ser un esfuerzo por eludir dicho cuestionamiento. No solo es legalmente dudoso y políticamente inconveniente, sino también probablemente inútil. La ciudadanía sabrá distinguir qué es propaganda y que es información rigurosa. Un ministro interrogando a sus subalternos ofrece un estándar de credibilidad bajo y difícilmente hará más confiable el mensaje del Gobierno. (El Mercurio)

Juan Ignacio Brito

Pedro Anguita
Centro de Estudios de la Comunicación (ECU) Universidad de los Andes