Es impresionante ver cómo se enredan algunos notables representantes de la derecha política con el tema del gobierno militar que manejó Chile entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990. Claramente, en sus primeros años y hasta el 11 de marzo de 1981 fue una dictadura ejercida por las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile después de que se tomaron el poder por las armas, en lo que algunos llaman pronunciamiento o golpe militar según sea la perspectiva con que se miren las cosas.
Un gobierno militar es, por definición, un gobierno autoritario en que las Fuerzas Armadas se toman y ejercen el poder político. Obviamente no llegan al poder en forma democrática y durante su existencia normalmente no hay libertades políticas y civiles, quedando suspendidos, los partidos políticos y el Congreso Nacional.
Las Fuerzas Armadas se organizaron en forma tal que ejercieron el Poder Ejecutivo a la vez que el Poder Legislativo, poderes que voluntariamente cedieron el 11 de marzo de 1990 a las autoridades elegidas democráticamente en las elecciones realizadas el 14 de diciembre de 1989, en que salió elegido don Patricio Aylwin Azócar. Es discutible si el Poder Judicial tenía o no libertad para realizar su trabajo, pero sí está claro que militares nunca ocuparon posiciones en el sistema judicial que no fueran los que les correspondían por ley en la justicia militar.
Hay algunos que dirían que las Fuerzas Armadas continuaron gobernando hasta que se modificó la Constitución de la República en el 2005 cuando se eliminan los llamados enclaves autoritarios, a ser esos los senadores designados y las atribuciones principales del Consejo de Seguridad Nacional, poderes que muchos echan de menos hoy en día. También en esa oportunidad los comandantes en jefe y el general director de Carabineros perdieron su inmovilidad constitucional, pudiendo el Presidente de la República removerlos vía decreto fundado informados previamente a ambas cámaras del Congreso Nacional.
La gran pregunta es: ¿qué fuimos a contar del 11 de marzo de 1981? Fecha en que comienzan a regir las disposiciones transitorias de la Constitución de 1980. A contar de esa fecha es el soberano -es decir el pueblo de Chile- quien aprueba una forma de gobierno en que la Junta de Gobierno asume el rol legislativo y constituyente, y por otro lado, confirma al capitán general Augusto Pinochet Ugarte en la Presidencia de la República, dejando la Presidencia de la Junta de Gobierno al almirante José Toribio Merino Castro.
Mucho se habla que el plebiscito del 80 fue fraudulento, pero es algo no probado, y por lo demás la Constitución que reemplaza a la del 25 recibió un 67% de aprobación, lo que hace difícil poner en duda su legitimidad a pesar de que podría haber habido algunas acciones incorrectas o ilegales. En ese mismo sentido, más de algún partido político de la entonces oposición al gobierno militar aceptó a fines de los 80 la existencia de la Constitución de Pinochet y los mecanismos considerados para una transición a un gobierno democráticamente electo. No debemos olvidar que además se realizó un plebiscito promocionado por la oposición en julio del 89 en que se aprueban una serie de modificaciones tendientes a facilitar la transición.
Claramente, la legitimidad del gobierno militar se ve empañada producto de las graves violaciones de los derechos humanos ocurridos principalmente entre 1973 y 1974, y la existencia de servicios de seguridad que operaron con poco o nada de control en los años posteriores. Negar lo anterior es una falta de inteligencia, pero también es una falta de inteligencia indicar que, a contar de marzo de 1981, en Chile teníamos una dictadura. Lo que teníamos era un gobierno militar, un gobierno autoritario que dejó grandes legados. Era un gobierno que la gran mayoría de los chilenos habían aprobado en el plebiscito de 1980, cosa que habría sido poco probable después del 82 debido a la crisis económica que nos afectó en esos años, y que habría hecho difícil que los chilenos le dieran a Pinochet y los militares los nueve años en el poder que les dieron cuando en Chile todo era bonanza económica con un dólar a $39. (El Líbero)
Richard Kouyoumdjian



