El gobierno busca una ley de eutanasia libre-Roberto Astaburuaga

El gobierno busca una ley de eutanasia libre-Roberto Astaburuaga

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La discusión sobre la eutanasia no ha puesto suficiente atención al detalle normativo del proyecto de ley que el gobierno está impulsando. Es contradictorio que en un Estado al servicio de la persona se defienda la idea de legalizar el asesinato de un ser humano inocente con su consentimiento. El peligro es aún peor considerando la acelerada tasa de envejecimiento, la crisis del sistema de salud y el desborde en la situación de salud mental.

Por otro lado, la señora Sofía Salas afirma que «el presente proyecto de ley dista mucho de ser de «‘eutanasia libre’», como yo sugeriría. En la columna señalé «las causales de eutanasia (…) de las indicaciones del Ejecutivo (prácticamente, eutanasia libre)», cuestión que mantengo, por lo que complementaré sus aclaraciones.

En primer lugar, las indicaciones del Ejecutivo eliminan que el requisito de reiteración de la solicitud de eutanasia conste por escrito y los cuatro momentos establecidos por el proyecto de ley. Que la solicitud sea simplemente reiterada, sin dar detalles, es una exigencia de papel. Además, el gobierno eliminó que la certificación de ausencia de perturbaciones psíquicas que afecten la capacidad de tomar decisiones sea hecha por un psiquiatra, sino que debe ser por un médico tratante, el cual hace el seguimiento al paciente. Pastelero a tus pasteles.

Pero, al mismo tiempo, previendo una eventual duda del psiquiatra permite que se pida una segunda opinión a otro médico. ¿Cuál opinión prevalece, si son contradictorias? Asimismo, y esto es lo que va al fondo del asunto, el Minsal sustituye las dos causales de eutanasia o el suicidio asistido originales -(1) enfermedad terminal  (aquella que sea incurable, irreversible y progresiva, sin posibilidades de respuesta a los tratamientos curativos y con un pronóstico de vida limitado), o (2) por el cumplimiento de requisitos copulativos: una enfermedad o dolencia seria e incurable, caracterizada por una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades, que le ocasiona sufrimientos físicos persistentes e intolerables y que no pueden ser aliviados en condiciones que considere aceptables- por la siguiente: una condición o enfermedad grave e incurable o terminal. No se exige nada más: ni dolor, ni corto tiempo de vida, ni disminución de las capacidades, etc. Ningún país ni jurisdicción ha tenido la frialdad de aceptar algo así.

Esto es un verdadero bolsillo de payaso que abre la puerta a la eutanasia libre. Aquí cabe desde la anorexia hasta el cáncer. Basta recordar la inquietud de varios promotores y defensores en una sesión parlamentaria sobre el universo de personas que podrían solicitar la eutanasia.

Adicionalmente, la ministra Aguilera propone crear un comité que realice un control obligatorio ex ante de la realización de la eutanasia, eliminando el control ex post (lo que impide fiscalizar el cumplimiento de los requisitos al realizar la eutanasia), pero dicho comité sólo puede ser integrado por funcionarios públicos, impide que los objetores sean parte de él o sean invitados, y no establece una sanción en caso de que el médico incumpla la decisión del Comité, ni siquiera la de denunciar.

Por lo demás, basta ver cómo la pendiente de los países que legalizan la eutanasia se vuelve cada vez más resbaladiza. A los belgas les dijeron que sólo se aplicaría para adultos, pero 10 años después bajaron los criterios etarios. A los holandeses les aseguraron que les informarían sobre el momento de la eutanasia, pero en 2019 un caso judicial aprobó la eutanasia de alguien con demencia que no podía ser informado ni consentir y tuvo que ser inmovilizado para la inyección letal. A los canadienses les prometieron que la eutanasia se aplicaría sólo si la muerte era razonablemente previsible, pero ya no se exige. A los colombianos los calmaron con que sólo se aplicaría en fase terminal, pero eliminaron el requisito en 2021. Y todo esto acompañado de casos de eutanasia contra o sin la voluntad del paciente.

En resumen, una solicitud “reiterada”sin decir cómo, una certificación sobre el estado de lucidez del paciente que no la hace un psiquiatra, una causal que es un verdadero bolsillo de payaso y un comité ad hoc sin molestosos.

Como dije, el gobierno busca una ley de eutanasia libre. (El Líbero)

Roberto Astaburuaga