Los hechos de violencia en La Araucanía nos remecen con demasiada frecuencia. No es fácil imaginar una solución, dado el nivel de dolor, rabia y desesperanza.
Pero el sábado en Melipeuco personas muy diversas pudimos mirarnos a los ojos, conversar, almorzar juntos, hacer una conexión a nivel humano. Pudimos ver al hijo de un matrimonio asesinado junto con líderes de movimientos que prestan apoyo conceptual a ataques violentos. No me cabe duda de que muchos prejuicios y caricaturas se derrumbaron.
Un reconocimiento a Alfredo Moreno y a las organizaciones sociales que hicieron posible este encuentro. El diálogo es el único camino posible. (El Mercurio Cartas)
Evelyn Matthei