El “15.º Cinco” de China: hacia un nuevo orden mundial

El “15.º Cinco” de China: hacia un nuevo orden mundial

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En medio de un panorama económico mundial incierto, Pekín vuelve a presentar una hoja de ruta capaz de alterar el pulso global. El nuevo Plan Quinquenal “15.º Cinco” (2026-2030) no solo define la dirección interna de China, sino que intenta marcar el ritmo de un nuevo orden internacional. Para América Latina, esta planificación representa tanto una oportunidad como un desafío.

La estación del poder: del IV Pleno al nuevo plan

El otoño pekinés, como siempre, trae consigo decisiones trascendentales. El IV Pleno del XX Comité Central del Partido Comunista Chino concluyó aprobando las directrices del “15.º Cinco”, que orientarán la economía y la política del país durante el próximo lustro. No es un simple plan económico: es una movilización nacional que abarca desde la tecnología hasta la defensa, desde la energía hasta la diplomacia. Detrás de su lenguaje técnico late la ambición —y la ansiedad— de una potencia que busca afirmarse frente al mundo.

De “hecho en China” a “definido por China”

Desde la década de 1950, cada plan quinquenal ha actuado como un epicentro que envía ondas sísmicas más allá de sus fronteras. El octavo plan abrió paso al auge de la manufactura china; el actual, en cambio, pretende pasar de fabricar a definir. Bajo las banderas de la autosuficiencia tecnológica y la apertura institucional, China aspira a redibujar las cadenas globales de valor y convertirse en quien dicte las reglas del juego.

Autosuficiencia y expansión

El plan se articula en tres ejes: fortalecer la independencia tecnológica —chips, inteligencia artificial, espacio, energía—; impulsar la transición verde hacia una economía baja en carbono; y consolidar la estrategia de “doble circulación”, donde el mercado interno sostiene el crecimiento mientras la Iniciativa de la Franja y la Ruta proyecta su influencia exterior. Es, al mismo tiempo, un escudo y una expansión: China busca construir una red global bajo su propio control.

América Latina: entre la oportunidad y la dependencia

Para nuestra región, esta estrategia tiene implicaciones tangibles. El creciente apetito chino por litio, cobre y níquel promete un auge exportador para Chile, Argentina y Bolivia. Pero si seguimos confinados al rol de proveedores de materias primas, perderemos otra vez la oportunidad de industrializarnos. Las inversiones chinas en minería, energía, telecomunicaciones e infraestructura traen capital y tecnología, pero también nuevos grados de dependencia.

Chile y la región: cooperar sin rendirse

Chile —y América Latina en su conjunto— debe hallar un equilibrio entre la cooperación y la defensa. Necesitamos el mercado chino, pero también proteger nuestra autonomía productiva. Ello implica establecer reglas claras de transparencia y sostenibilidad ambiental; fortalecer la manufactura y la innovación locales; y coordinar posiciones regionales para evitar una competencia fragmentada que debilite nuestro poder negociador. Solo así podremos transformar el impulso chino en desarrollo propio.

Epílogo: dejar de ser espectadores

El “15.º Cinco” no es solo una política doméstica, sino una prueba sobre el futuro del orden económico global. Si América Latina opta por el silencio, seguirá siendo espectadora de la historia. Pero si responde con estrategia y visión, quizá esta vez podamos participar en la escritura de las nuevas reglas del mundo.

Andrés Liang

Analista en política internacional y relaciones Asia-Latinoamérica