Es sabido que los cambios de gabinete son momentos de máxima tensión, especialmente para los incumbentes. Los ires y venires que presenciamos en los patios de La Moneda no son diferentes de los que protagonizaron en el gobierno de Sebastián Piñera los protagonistas de la ceremonia que dejó instalado a Gonzalo Blumel en el Ministerio del Interior.
Lo importante en este caso es que el Presidente asumió que el eje de la conducción del Gobierno quedará instalado en el campo del socialismo democrático. A Mario Marcel en Hacienda y Manuel Monsalve en la Subsecretaría de Interior, se vienen a sumar Carolina Tohá en la jefatura del gabinete y Ana Lya Uriarte en la Segpres, conformando un tándem de excelencia para un gobierno reformista o socialdemócrata. La incorporación de la notable ministra del Trabajo, Jeannette Jara, al comité político no viene sino a reforzar una conducción desideologizada y pragmática.
Estos son frutos del triunfo del Rechazo el pasado domingo. Tendrá como consecuencias no solo la apertura de un nuevo y más productivo proceso constituyente, sino también el fortalecimiento de un gobierno que deja de cometer errores de principiante y se encamina con decisión a responder a los problemas del país. (El Mercurio Cartas)
Ricardo Brodsky
