Fueron 160 platos, uno por cada día que los restaurantes, cafés y locales de comida no han podido abrir y atender público desde que la llegada del coronavirus a Chile cambió el escenario.
Cada uno de esos platos fue quebrado en el piso de la calle Caupolicán, en Los Ángeles, por los propios dueños de dichos establecimientos. «No queremos pagar los platos rotos», dijeron.
Se trató de una particular forma de protesta organizada por la Agrupación Gastronómica de Los Ángeles, que data desde junio y que fue creada para alzar la voz y visibilizar los requerimientos del sector.
Según el secretario de la organización, Juan Andrés Araneda, ya son cinco los locales que cerraron sus puertas de manera definitiva por la imposibilidad de seguir cumpliendo con sus compromisos financieros, según consigna el diario local La Tribuna.
La zona se encuentra desde fines de julio en la etapa de Preparación del plan Paso a Paso, la que permite la atención de público siempre que se haga en terrazas y con distanciamiento social.
El problema es que durante agosto la media de temperatura en la ciudad no superó los 15 grados y hubo abundantes lluvias. Las precipitaciones siguen pronosticadas durante la semana.
Por eso es que los empresarios entregaron un petitorio con cinco puntos donde piden un conjunto de medidas para permitir la reanudación de la atención de público, que incluyen subsidios directos y exenciones tributarias, y facilidades para volver a abrir sus puertas de forma que sea rentable para ellos. (Emol)
