Dorothy, OpenAI y Milei ¿Por qué en Argentina y no aquí?-Joaquín Lavín

Dorothy, OpenAI y Milei ¿Por qué en Argentina y no aquí?-Joaquín Lavín

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  1. ¿Qué es Stargate Argentina? El gobierno argentino dio a conocer hace una semana que OpenAI, la dueña de ChatGPT, y que es considerada hoy la startup unicornio más valiosa del mundo, invertirá US$25.000 millones para construir un megacentro de datos en la Patagonia. La carta de intención se firmó en la Casa Rosada, con la presencia del presidente Javier Milei y de una delegación de altos ejecutivos de OpenAI. Bautizado como Stargate Argentina, se trata del primer gran proyecto de infraestructura de OpenAI en Latinoamérica.
    • El propio Sam Altman, cofundador y CEO de OpenAI, dijo estar orgulloso del proyecto, y no escatimó elogios sobre Milei: “la visión del presidente Javier Milei sobre cómo la inteligencia artificial puede impulsar el crecimiento y la creatividad en Argentina es clara y poderosa. Stargate Argentina ayudará a hacer realidad esa visión”.
    • En el sitio oficial de OpenAI, dentro de la publicación “Argentina’s AI opportunity”, Altman reafirma el mensaje de que el proyecto busca colocar herramientas de IA al alcance de más personas en Argentina y ayudar a que el país se posicione como un hub regional de inteligencia artificial.
  2. El RIGI: El proyecto se estructurará bajo un instrumento clave: el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, conocido como RIGI, creado por el gobierno de Milei para atraer capitales en sector estratégicos. El RIGI ofrece estabilidad tributaria, exenciones aduaneras, facilidades en cambio de divisas, amortización acelerada y beneficios por 30 años para proyectos de gran escala (superiores a US$200 millones).
    • Con este paquete, Argentina busca reducir riesgos para inversionistas y proporcionar un marco regulatorio confiable a largo plazo.
  3. Y por qué no acá? Chile tiene todas las ventajas para haber competido de igual a igual por este proyecto. Por muy lejos, el mayor costo de operación de un data center es el gasto en energía (debido a la necesidad de mantener los datos en un ambiente frío), y nosotros tenemos acá energía renovable, solar y eólica, de bajo costo.
    • Además, las diferencias de temperatura que tenemos entre el día y la noche (una noche naturalmente más fría) hacen que el gasto en energía para enfriar los datos en la noche sea menor. Sumémosle a esto nuestro nivel de conectividad digital. ¿Cuál es el problema entonces?
  4. Nos “sobra” permisología. En su aplaudida intervención en Enade, la contralora Dorothy Pérez se refirió exactamente al tema de los data centers, señalando las ventajas que tenemos, pero también una gran desventaja: los atrasos y las demoras en los permisos. Específicamente mencionó que los data centers requerían el permiso de prospección arqueológica que entrega el Consejo de Monumentos Nacionales, el permiso de edificación de la Dirección de Obras del municipio respectivo, y la evaluación del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental.
    • Textualmente indicó que es importante “buscar hacer más eficientes esos trámites para que las inversiones se puedan desarrollar, para que pueda haber más empleo en Chile. Pensando en el bien común”. Todos deberíamos aplaudir.
  5. Milei vs. Boric: pero también nos “falta” liderazgo. Chile necesita un presidente (o presidenta) que tenga como prioridad “vender” la imagen-país y conseguir inversiones. Alguien que ponga en valor nuestros “activos” como país frente a los que toman las grandes decisiones de inversión. Javier Milei ha cultivado desde el comienzo los encuentros con los grandes inversionistas mundiales.
    • Sus encuentros con Elon Musk son también una prueba de esto. En un mundo en que la personalidad de quien ejerce la representación del país es cada vez más importante, la verdad es que mientras Milei ha sido proactivo, Gabriel Boric ha sido pasivo.
  6. Moverse con audacia. El proyecto argentino con OpenAI no es una promesa menor: si prospera, representa una transformación estructural para la economía digital latinoamericana. Chile tiene todos los ingredientes para competir, pero sigue atado a la falta de liderazgo, al corsé de su propia burocracia y a demoras que hoy se leen como costos invisibles de oportunidad.
    • La lección de este episodio es que cuando un Estado decide moverse con audacia, grandes capitales pueden cambiar de rumbo. Chile puede (y debería) aprender esa lección, porque el próximo gran proyecto de data centers podría elegir nuevamente entre Buenos Aires y Santiago, entre Neuquén y Antofagasta, entre la Patagonia argentina y el norte grande chileno. (Ex Ante)

Joaquín Lavín