Una «señal de unidad» de la alianza de Gobierno quisieron dar los parlamentarios del oficialismo este jueves, con la votación de la acusación constitucional al ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, para la que salvo una diputada con licencia médica y dos abstenciones de independientes de izquierda, lograron 100% de cumplimiento.
Hasta lograron que el diputado del Partido Liberal, Luis Malla, pospusiera la intervención quirúrgica que debía hacerse esa misma tarde, por la fractura en el hombro que lo aqueja.
Pero si bien todos ellos defendieron a Jackson y argumentaron que no existían fundamentos jurídicos para sostener un libelo de esas características, más de uno señaló en privado -y varios lo dijeron públicamente, tanto del oficialismo como de la oposición- que el ministro ha cosechado parte de la relación que tuvo con los mismos parlamentarios.
Durante esta semana se lo acusó de «soberbio», «arrogante» y «altivo», e incluso su defensa argumentó que el texto de los republicanos apuntaba a características personales del ministro.
Aquello ha derivado en una reflexión sobre el día después de Jackson y cómo debe seguir, si adentro o afuera del gabinete, y si debiera hacer algún tipo de «autocrítica» para continuar su relación con el Congreso.
«El gobierno debiera ocupar esta oportunidad para reflexionar, lo mismo el ministro Jackson. Sería una buena medida que el ministro dejara la primera línea del gabinete. De lo contrario seguirá esta presión, le podría pasar que al poco tiempo se presente otra acusación y eso creo que podría ser complejo para él. Es momento de hacer un ajuste de gabinete no solo político, sino que también de gestión en el gobierno», planteó el diputado y jefe de bancada DC, Eric Aedo.
De hecho, los republicanos advirtieron al ministro que continuarán «fiscalizando» su trabajo; y el único diputado UDI que dio declaraciones después de la derrota opositora, Henry Leal, hizo un llamado a Jackson a «cambiar de actitud» porque «esta vez se salvó, pero por escasos votos (…) Legalmente, en cualquier momento se puede presentar una acusación. Vamos a estar muy expectantes, fiscalizando su actuar, y si hay mérito, la UDI estará dispuesta a ejercer todas las acciones que correspondan».
Para el parlamentario Eduardo Durán (RN), uno de los pocos RN que no votó a favor de la acusación, pidió al Presidente Boric que «saque trote» al ministro o que lo cambie.
«En política las relaciones se construyen en base al diálogo y el tono del ministro cuando fue diputado, ministro Segpres y hoy no ha sido mejor, que no tiene relación con la acusación constitucional. Si no tiene un cambio de actitud, si no lidera el ministerio de la forma adecuada, sería conveniente que el Presidente lo sacara de su cargo», dijo.
La idea del cambio de gabinete ha resonado en varios sectores de la oposición y desde hace un tiempo, pero con la caída de la acusación constitucional, varios sostienen que es una reflexión que el Presidente debería hacer ahora.
«Al Gobierno evidentemente le hace falta un cambio de gabinete. Eso lo ha demostrado la propia ciudadanía al rechazar la mala gestión, no existe diálogo ni gobernabilidad en las regiones. Y esperamos que el ministro Jackson haga alguna autocrítica. Debe dejar de hablar desde la superioridad moral y entender los problemas que hoy tiene el país», señaló el diputado independiente Miguel Ángel Calisto.
DEFENSA DEL OFICIALISMO
Los dardos sobre la personalidad del ministro llegaron desde el mismo oficialismo, con varias críticas por parte de parlamentarios socialistas y PPD. Pero ahí toman mayor distancia de la idea de sacarlo de su rol, pues algunos argumentan que en Desarrollo Social ha hecho un mejor trabajo.
Es el caso del jefe de bancada de PS, Marcos Ilabaca, quien señaló hace unos días que Jackson era «arrogante» y «altivo», pero es más benevolente con respecto a su trabajo en la cartera actual.
«En ningún caso creo que debe ser cambiado. Obviamente después de escuchar cada una de las intervenciones, creo que el ministro tiene mucho que mejorar en términos de habilidades blandas y comunicación con los distintos parlamentarios, pero el llevar adelante la administración de un ministerio no es un concurso de simpatía, nos interesa que haga bien la pega y la siga haciendo», afirmó. «Las personas aprenden a golpes y porrazos», agregó el diputado Jaime Naranjo, del mismo partido.
Según él, indudablemente los hechos que ha vivido Jackson «le van a servir de aprendizaje. Pero cuando no se tiene mucha inteligencia emocional cuesta más asimilarlo. Pero él sigue teniendo muchas cualidades positivas y va a superar este momento amargo que le ha tocado vivir», afirmó.
En el Frente Amplio, en tanto, toman mucha más distancia de las críticas. El senador y presidente de RD, Juan Ignacio Latorre, sostuvo que los ministros «siempre tienen que hacer una autocrítica y evaluación respecto a cómo se relacionan con los distintos actores, pero tampoco puede estar en función de algo que se construye como una caricatura de que casi el ministro no habla con la gente, es pesado o soberbio. Él ha sido un liderazgo fundamental para el Frente Amplio y estará hasta que el Presidente lo determine».
Además, recalcó que según la información que tiene, «no vendría un cambio de gabinete en el corto plazo, como algunos dicen que podría ser esta semana».
La diputada Gael Yeomans (CS), en tanto, dice que «no vienen al caso» los argumentos de la acusación que hacían énfasis en la personalidad del ministro, y que Jackson debería continuar en la línea de «mantener una agenda de prioridad en lo social, hay mucha urgencias, hay bastantes necesidades y se vienen además meses intensos en esa materia». (Emol)
