La tradición liberal clásica siempre ha sostenido que la libertad individual puede limitarse si las pruebas son de tal peso que carece de toda razonabilidad no hacerlo. Este parece ser un sano principio para preservar la sociedad abierta y democrática frente a potenciales abusos del poder.
En ese contexto, sería apropiado que la clase política chilena, responsable de la actual restricción masiva de libertades individuales, ponga a disposición de los ciudadanos los estudios que demuestren de manera lo suficientemente concluyente que las medidas adoptadas hasta ahora se justifican a la luz no solo de sus efectos para eliminar la pandemia, sino del costo alternativo que estas conllevan, tanto en términos económicos y sociales como de potenciales pérdidas de vidas humanas por factores derivados de las cuarentenas.
De lo contrario arriesgamos caer en lo que algunos han denominado “dictadura sanitaria”, fórmula dispuesta a llegar a niveles de represión intolerables para conseguir un único objetivo sin considerar seriamente el costo que ello implica en términos de libertad y bienestar para la ciudadanía. (El Mercurio Cartas)
Axel Kaiser



