“Esta deuda es muy grande y de mucho tiempo, y a las empresas se les acabó el dinero. No tienen recursos para reponer los insumos ni para pagar sus sueldos”. Así describe Eduardo del Solar, director de la Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (Apis), la situación generada por la deuda que mantienen los hospitales en cuanto a insumos médicos.
El tema es complejo y amenaza con empeorar, desde la perspectiva del gremio. Según explicó Del Solar, de los 43 miembros de la Apis, 17 empresas manifestaron en las últimas semanas al directorio su descontento por la cantidad de facturas impagas acumuladas en los últimos años. También informaron que deberán dejar de aceptar solicitudes de compra a los hospitales por problemas financieros.
“Muchas empresas van a dejar de entregar. Están tomando la decisión de parar las inversiones durante este año para poder privilegiar mantener puestos de trabajo. Se va a tener que trabajar con lo que hay y se puede producir desabastecimiento”, recalca el directivo.
De hecho, asegura que desde mediados de junio “seis firmas ya han dejado de aceptar solicitudes de compra a los hospitales, denegándoles las entregas”.
En la misma Apis argumentan que no se trata de un método de presión, sino de efectivos problemas financieros. “No es porque no tengamos capital, sino porque nuestro capital lo tiene inmovilizado el Estado debido a que no nos paga”, explica el representante gremial.
PORCIÓN DE LA TORTA
Según cifras de Chile Compra publicadas por Pulso, en el primer semestre de este año el sector salud concentra el 53% de los reclamos generados por proveedores, liderando la lista de “peores pagadores”.
La cartera de Salud, de hecho, culminó 2018 con una deuda hospitalaria a proveedores estimada oficialmente en $ 358 mil millones (ver recuadro).
Según la Apis, sus afiliados absorben cerca de 59% del presupuesto de Salud y hacen entregas a prácticamente todos los hospitales del país. Desde la entidad aseguran que solo durante el primer semestre de este año se les adeudan aproximadamente $ 75 mil millones, cifra mayor que los $ 42 mil millones que se les debían durante el mismo período del año pasado.
Desde el Ministerio de Salud, en tanto, responden que “a través de la Subsecretaría de Redes Asistenciales se encuentran implementando una serie de medidas para lograr mayor eficiencia y productividad en la gestión clínica y financiera, manteniendo el énfasis en el buen uso de los recursos”.
Entre las medidas que se llevan a cabo mencionan el fortalecimiento de las compras a través de la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast), incrementándose de esta manera “la agrupación de demanda de los productos adquiridos por los Servicios de Salud de un 60% a un 80% en el presente año, pasando de una cobertura de 223 medicamentos disponibles a 814”.
Sobre la deuda misma, se indica la implementación de un plan piloto de pago de deuda correspondiente a 2018 a través de la Tesorería General de la República, que según la cartera “va en el sentido de normalizar los tiempos de pago, en directo beneficio de los proveedores”.
«NO ES ALGO NUEVO»
José Antonio Salinas, subdirector médico del Hospital San Juan de Dios, admite que “la verdad es que en años anteriores también ha ocurrido que, en ciertos momentos, los proveedores nos dicen que no nos pueden despachar, pero buscamos la solución y lo resolvemos. No es algo nuevo que debamos enfrentar. Forma parte de las gestiones que hacemos día a día, porque efectivamente ocurre”.
Salinas añade que deben buscar otros proveedores y realizar gestiones internas con el fin de obtener recursos propios destinados a tratar de resolver estos problemas. “Es algo que complica la gestión, pero es parte de nuestro trabajo”, reitera.
«PREOCUPANTE»
Para parlamentarios y el Colegio Médico, este escenario no constituye un tema menor ni forma parte de la normalidad.
Según Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico, se puede entender la molestia de las empresas, pero “desabastecer el sector público de la noche a la mañana me parecería un descriterio, por lo que espero que ellos hayan conversado ya con el subsecretario de Redes Asistenciales”.
Respecto del número de proveedores que han manifestado su intención de no volver a invertir, el diputado Juan Luis Castro (PS), miembro de la Comisión de Salud, advierte que “esto no se debe minimizar, porque una cosa es la cantidad de empresas, que pueden parecer pocas, y otra es la facturación que hacen a los hospitales, que no sabemos si son millonarias o no”.
“Si no se cumple el plazo pactado, obviamente que esto genera un desabastecimiento por morosidad”, enfatiza.
Su colega en la misma comisión Andrés Celis (RN) dice comprender las medidas que están adoptando los proveedores. “He sido testigo de a lo menos tres o cuatro empresarios pequeños que han quebrado porque los hospitales no les pagaron en dos o tres años”, describe. Y argumenta que “lo fundamental es que las deudas que tenga el sistema público se transparenten, para priorizar el orden de los pagos y que nadie se salte la fila”. (La Tercera)
