Desafíos del segundo tiempo-Sergio Melnick

Desafíos del segundo tiempo-Sergio Melnick

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Lo realmente relevante del cambio del gabinete fueron los ministros del Interior y Hacienda. El resto es casi anecdótico. Los dos son figuras que ya estaban en el gobierno, por lo tanto no son ideas novedosas. Por cierto, son dos figuras muy relevantes y en mi opinión un avance más que significativo en relación a los ministros salientes. Peñailillo nunca tuvo la talla de vicepresidente del país, y Arenas fue algo así como la suma de las incompetencias junto a una arrogancia pocas veces vista en el cargo.

Estos dos ministros son el verdadero nuevo eje del gobierno, que le deben reportar a una Presidente muy deteriorada en imagen, en general indecisa, y sin liderazgo alguno, pero con la enorme autoridad legal. El complejo escenario actual depende de lo que estos dos ministros puedan llegar a lograr. De fracasar en su gestión, es decir, no ser capaces de cambiar las tendencias del primer año, el pronóstico es realmente malo.

En lo político, Burgos tiene varias urgencias. Primero, debe lograr reiniciar el diálogo constructivo entre los diversos actores, que se perdió en el último año. Para eso debe poder erradicar de manera creíble la idea de la retroexcavadora y moverse suavemente al espacio de los grandes acuerdos. En mi opinión es algo en lo que el ministro de verdad cree. Lograr este nuevo clima es posible y lo mejor para la gran mayoría, pero no lo es para los extremos, y esa será su piedra de tope (PC, MAS, IC, PPD, una parte del PS). En la práctica significa, por ejemplo, cambiar la actitud frente a las reformas, y efectivamente escuchar las críticas y sugerencias.

Esto es particularmente importante para la reforma laboral que ya tiene mayor rechazo que aprobación, y que como viene es técnicamente tan mala como las anteriores. También es fundamental mejorar las reformas en los temas de educación. Los planteamientos que se escuchan del gobierno en educación superior son simplemente delirantes y deben ser reconsiderados casi de raíz. Fue un grave error mantener al ministro Eyzaguirre, que ha improvisado de muy mala manera.

De igual modo ocurre con el tema constitucional. No es un drama cambiar una Constitución si se hace con nobleza y sabiduría, y de verdad se busca un acuerdo amplio como lo requiere una carta fundamental. El tema del financiamiento de la política es también clave y muy práctico. Si se deja llevar por ideales muy románticos, en los hechos el narcotráfico puede terminar siendo quien financia y vaya que tienen experiencia en ello, como lo vemos en otros países.

También tiene una dura tarea el nuevo ministro en el tema seguridad, delincuencia y Araucanía. En el corto plazo sólo le cabe endurecer la mano. En el largo plazo requiere otro enfoque de carácter más social. Para ello debe empoderar a Carabineros y a la PDI, y quizás requiera algunos ajustes legales. Si la delincuencia sigue subiendo, el escenario se complica en demasía.

Por otro lado, el ministro Valdés no la tiene fácil. Su primera tarea es tratar de cambiar las expectativas económicas y subir la nariz de la inversión. Para ello debe dar confianzas efectivas a los empresarios y a las pyme con algo más que palabras. La segunda tarea es controlar el gasto fiscal desatado que impulsó Arenas, y que lo enfrenta a un déficit fiscal de quizás 3% a 4% del PIB para este año, y el doble para el próximo. De ser así, su nombre es el que finalmente quedará grabado en la historia con esas cifras tan negativas. También debe tratar de mejorar a como dé lugar la reforma laboral, ya que si no lo hace, todo esfuerzo por cambiar las expectativas será infructuoso. Sin duda tiene un problema con el director del Servicio de Impuestos Internos, que de no cambiarlo le restará credibilidad y aparecerá como un ministro muy débil.

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