Solo en 2016 egresaron más de 1.500 odontólogos en todo el país. Esto significa un aumento de 160% respecto de los titulados 10 años antes.
Pese al crecimiento en el área, el Colegio de Dentistas afirma que no se puede garantizar que los profesionales que salen de las 15 universidades que actualmente imparten la carrera cumplan con un estándar mínimo de conocimientos y competencias.
A raíz de lo anterior, la Red Estatal de Odontología, que agrupa a las siete universidades públicas que la imparten (universidades de Antofagasta, de Chile, de Valparaíso, de Talca, de La Frontera, Arturo Prat y de La Serena), con el apoyo del gremio, están impulsando el Examen Nacional de Odontología (ENO).
Esta prueba busca transformarse en un mecanismo que evalúe los conocimientos de los recién titulados, para certificar que están preparados para ejercer.
Jaime Acuña, presidente del colegio, asegura que hoy «tenemos carreras de universidades privadas y estatales de buen y mal nivel, por lo tanto, debemos preocuparnos si la formación del estudiante es de buena o mala calidad».
La prueba, que por el momento será aplicada solo en las siete universidades estatales que imparten el programa, será un examen escrito y tendrá carácter voluntario. Sin embargo, a la fecha ya hay 418 estudiantes inscritos para rendirla, de los alrededor de 600 que se titularán este semestre en esas casas de estudio.
El Colegio de Dentistas no oculta la intención de que esta medición se convierta en un símil del Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom), que es requisito para que los médicos puedan ejercer en el sector público y que en sus orígenes también partió como una iniciativa de evaluación entre las universidades, hasta que se convirtió en ley de la República. «Esperamos que se traduzca, luego, en el examen nacional obligatorio para esta profesión», afirma Acuña.
Para la subsecretaria de Redes Asistenciales, Gloria Burgos, es deseable que exista una evaluación nacional para los dentistas. Agrega que es posible avanzar hacia ella, pero «lo primero que hay que hacer es validar el instrumento y ver que efectivamente esté midiendo lo que dice que mide».
PLAN PILOTO
Este año, el primer examen se aplicará en noviembre, aunque es catalogado como un «piloto» por sus organizadores. Las preguntas se elaboraron durante el año pasado por miembros de las siete instituciones de la red estatal, y se trata de un examen único que será rendido de manera simultánea en cada facultad.
Si bien por el momento se aplicará en formato escrito, Ramón Fuentes, presidente de la Red Estatal de Odontología, asegura que la idea es incorporar luego una parte de habilidades clínicas, «para ir posicionando esta prueba y que las autoridades vean que la odontología también requiere de un examen nacional».
«Es indispensable tener un examen de competencias profesionales», dice Manuel José Irarrázaval, director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián. Agrega que, incluso, es necesario que las enfermeras tengan una evaluación similar.
Sin embargo, pide «que especifiquen con absoluta claridad cuál va a ser la metodología, hagan público cómo se hace el examen y también los resultados».
Justamente, la idea de los organizadores es que, luego de rendida la prueba piloto, sus resultados estén disponibles en diciembre. Al respecto, Fuentes afirma que «van a ser públicos y se les van a entregar a las universidades».
La decana de Odontología de la Universidad de Chile, Irene Morales, añade que este examen se suma a la acreditación obligatoria que regirá desde 2020 para la carrera, como un «mecanismo adicional en el aseguramiento de la calidad». (El Mercurio)



