Decisiones políticas vs. adhesión de la voluntad a principios rectos

Decisiones políticas vs. adhesión de la voluntad a principios rectos

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¿De qué se trata?
Podríamos aproximarnos a que, es como un compromiso profundo y constante de la persona con una serie de valores morales y éticos considerados correctos, justos y buenos, que guían su conducta y decisiones. Obviamente esto, implica varias dimensiones, por ejemplo:

Un compromiso intelectual, lo que implica un entendimiento claro y una aceptación racional de principios rectos. No es solo una adhesión “emocional” o ciega, sino una convicción basada en la reflexión profunda y el razonamiento.

-Requiere una voluntad firme, que se tenga la determinación y la fuerza de voluntad para actuar de acuerdo con esos principios reflexionados y razonados, incluso cuando hacerlo implique dificultades, sacrificios o enfrentarse a la oposición de otros.

-Clave es una coherencia conductual, lo que exige que la persona logra alinear sus acciones, palabras, pensamientos y “pasatiempos”, con los principios “rectos” que ha adoptado. Esto implica un esfuerzo constante por la integridad y la honestidad.

-Que decir de la necesidad si o si de una priorización moral, lo que implica que, en situaciones de conflicto de valores, la persona prioriza los principios rectos por encima de otros intereses o consideraciones, jamás pensando en el beneficio personal, la conveniencia o la popularidad.

-La permanente reflexión y autocrítica se hace capital, demanda una disposición a examinar críticamente las propias acciones y motivaciones, y a corregir cualquier desviación de los principios rectos.

-Finalmente, la constancia, mantener la tenacidad en los objetivos, esto no es un acto único, sino un proceso continuo de compromiso y esfuerzo… es la suma de muchos actos coherentes e incuestionables. La adhesión a principios rectos requiere perseverancia y resistencia a la tentación de comprometerlos por beneficios espurios, cortoplacistas o populacheros.

En resumen, la adhesión de la voluntad a principios rectos implica un compromiso integral de la persona con una serie de valores morales y éticos considerados correctos, que guían su conducta, decisiones y forma de vida.

Por ello, cuando se invoca «principios» para justificar una decisión política o estratégica, generalmente se está buscando legitimar una acción, conectándola con valores fundamentales que se supone que la sociedad comparte. Sin embargo, la interpretación precisa depende mucho del contexto específico,

Por ejemplo:

Interés general y el bien común: Se podría argumentar que una decisión, aunque impopular o difícil, sirve al interés superior de la nación a largo plazo. Esto podría implicar sacrificios a corto plazo para obtener beneficios futuros, o la protección de recursos o valores esenciales para el país.

Justicia social o equidad: si la decisión favorece a grupos marginados o busca reducir la desigualdad, se podría apelar a principios de justicia social y equidad. Esto podría implicar políticas redistributivas, acciones afirmativas, o la defensa de los derechos de minorías.

Estado de derecho y legalidad: se podría invocar la necesidad de defender la Constitución, las leyes, y el sistema judicial. Esto justificaría decisiones que aseguren el cumplimiento de las normas, combatan la corrupción, el crimen organizado, el terrorismo rural o protejan las instituciones democráticas, independientemente de las consecuencias políticas.

Soberanía nacional e intereses estratégicos: en el ámbito de la política exterior, se podría justificar una decisión en base a la necesidad de proteger la soberanía, promover los intereses económicos, o defender la seguridad nacional de Chile. Esto podría implicar alianzas estratégicas, negociaciones comerciales, o incluso acciones más contundentes en defensa del territorio o los recursos.

Libertad y derechos individuales: se podría defender una decisión argumentando que se protege o expande las libertades civiles, políticas o económicas de los ciudadanos. Esto podría implicar la defensa de la libertad de expresión, el derecho a la propiedad, el derecho a tener armas debidamente inscritas, la libre competencia, o la protección de la privacidad.

Transparencia y rendición de cuentas: En respuesta a críticas o escándalos, se podría invocar principios de transparencia y rendición de cuentas para justificar la publicación de información, la investigación de irregularidades, o la sanción de funcionarios corruptos.

PERO,

Retórica vs. Realidad: es crucial analizar si la invocación de «principios» es genuina o
simplemente una estrategia retórica para encubrir otros motivos, como cálculos políticos, presiones de grupos de interés, presiones internacionales o incluso beneficios personales.

Interpretación ideológica: la forma en que se interpretan y aplican estos principios puede variar según la ideología de un político y sus partidarios.

Consistencia: es importante evaluar si las acciones de tomador de una decisión son consistentes con los principios que invoca. Por ejemplo, si se defiende la transparencia, pero se oculta información relevante, la credibilidad es “cero”. Peor aún, que se apliquen principios en forma “selectiva” o discrecional, esto es…. para este si, pero para este no.

En resumen, cuando se escucha que se tomó una decisión por cuestión de principios, es esencial analizar cuidadosamente el contexto, los principios específicos que se invocan, quién las invoca y quien lo respalda. Profundizar si sus acciones, en un panorama 360, son coherentes con esos principios. Un análisis crítico y detallado permitirá discernir si se trata de una justificación legítima que beneficia a la sociedad y el futuro nacional o de una simple maniobra política, populista, más cargada a la megalomanía.

Rubén Segura F.

General de División (R),

Profesor de Estudios de Futuro

Universidad de Concepción (DAIPE) y

Exdirector del Centro de Estudios e Investigaciones(CESIM).