Pienso que Chile tocó fondo ese 4 de septiembre glorioso en que el proyecto constitucional octubrista fuera derrotado. Esto se debió en gran medida al voto obligatorio, que forzó a que la mayoría silenciosa se expresara y empezara a votar. Esto, contrario a todo pronóstico electoral, pero consistente con la opinión que mostraban las encuestas, en el sentido de que la gente común estaba menos polarizada que las dirigencias políticas, mostró un Chile más moderado y sin pretensiones refundacionales.
Lo que hemos visto en esta elección es un triunfo de la moderación y una derrota de la izquierda radical. Esta perdió comunas emblemáticas, como Santiago y Ñuñoa. Tomás Vodanovic, a su vez, obtuvo gran votación en Maipú, pero con una gestión eficiente y un discurso moderado, nada de octubrismo ni de la chapucería izquierdista del frente amplismo. Así las cosas, el resultado es un triunfo para Chile.
? De las 16 regiones, donde en 15 gobernaba el oficialismo, vemos que ahora habrá segunda vuelta en la mayoría de ellas, y ahí está todo por verse. Con mucho interés por el número de votantes, habrá que ver qué pasa en la segunda vuelta en la RM y en la Región de Valparaíso. A su vez, la disputa de dos candidatos de derecha en la Región del Biobío obligará a la izquierda a definirse (alguna vez que les toque a ellos comer limón antes de votar).
La verdadera triunfadora de la jornada es Evelyn Matthei, porque casi todos los candidatos que ella apoyó o ganaron o sacaron muy buenas votaciones. Ahí están Agustín Iglesias, en Independencia; Carol Bown, en San Miguel; Jaime Bellolio, en Providencia; Sebastián Sichel, en Ñuñoa, y Mario Desbordes, en Santiago. En todas partes se ven brotes verdes, para retomar una senda de crecimiento y desarrollo. La destitución del juez Muñoz debiera reencaminar a la Corte Suprema a retomar su tradición histórica de imparcialidad política y apego al Derecho. La prisión de Daniel Jadue y la derrota de Irací Hassler en Santiago le dan un golpe muy duro al PC. La historia reciente muestra que el progreso de Chile es inversamente proporcional al protagonismo que tenga el PC en nuestra vida política. Finalmente, la tragedia del INBA (liceo donde estudiaron mi abuelo y mi suegro) debiera hacer repensar a la izquierda de seguir utilizando a los escolares para sus luchas políticas y empezar a contribuir para que nuestros liceos emblemáticos retomen el amor por los libros y su pasión por la excelencia.
Derrotas que lamentar, la de Marcela Cubillos, en Las Condes; Karla Rubilar, en Puente Alto, e Iván Poduje, en Viña del Mar. Una lástima para figuras emblemáticas de la centroderecha, pero espero que esto no los desanime para seguir contribuyendo al futuro de Chile.
En fin, sumando y restando, Chile habló fuerte y claro y mañana tendremos un mejor país. (El Mercurio)
Gerardo Varela