Han pasado casi 22 meses de guerra en la Franja de Gaza y la situación se hace cada vez más insostenible. La población local corre el riesgo de morir de hambre según múltiples organizaciones internacionales, mientras el Ejército israelí continúa con sus bombardeos y sin expectativas de un alto al fuego.
A la fecha, más de 60.000 palestinos han muerto en la ofensiva lanzada por Israel en respuesta al ataque del movimiento islamista Hamás del 7 de octubre de 2023, que dejó 1.219 muertos.
Esta situación, sumada a la anexión de territorios en Cisjordania, ha encendido las alarmas en la comunidad internacional. Es así como varios países occidentales han dado un paso más allá al manifestar su intención de reconocer al Estado de Palestina en la Asamblea General de la ONU de septiembre próximo, como medida de presión al Gobierno de Benjamín Netanyahu.
De esta forma, estas naciones se sumarían a la mayoría de los países de América Latina, África y Asia, que desde hace un tiempo reconocen oficialmente al Estado Palestino. En Europa, España, Irlanda y Noruega han hecho lo mismo.
Así las cosas, Israel se encuentra cada vez más «aislado» en el contexto diplomático, según reconoció Johan Wadephul, ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, uno de los pocos aliados del país hebreo.
«Frente a las amenazas de anexión abiertamente formuladas por ciertos sectores del gobierno israelí, un número creciente de países, incluidos europeos, están dispuestos a reconocer un Estado palestino sin un proceso de negociación previo», subrayó Wadephul.
Los cuestionamientos crecen y la situación a nivel político ha recrudecido, mientras la situación en Gaza se agrava minuto a minuto.
LOS LLAMADOS
El primer país europeo en manifestarse al respecto fue Francia. El presidente galo, Emmanuel Macron, anunció el 24 de julio que su país reconocerá al Estado palestino en la Asamblea General de la ONU que se celebrará en septiembre.
En una carta enviada al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, Macron abogó por «finalmente construir el Estado de Palestina, asegurar su viabilidad y permitir que, aceptando su desmilitarización y reconociendo plenamente a Israel, participe en la seguridad de todos en Medio Oriente. No hay alternativa».
Cinco días después, el primer ministro británico, Keir Starmer, afirmó que Reino Unido reconocerá al Estado de Palestina en la misma instancia internacional, «a menos que el gobierno israelí tome medidas sustantivas para poner fin a la terrible situación en Gaza, alcance un alto el fuego, deje claro que no habrá anexión en Cisjordania y se comprometa con un proceso de paz a largo plazo que logre una solución de dos Estados».
En la misma línea, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, dijo el miércoles que su país «tiene la intención» de reconocer el Estado de Palestina en la ONU. «Canadá ha estado comprometida desde hace mucho tiempo con una solución de dos Estados: un Estado palestino independiente, viable y soberano junto a un Estado de Israel en paz y seguridad. Durante décadas se esperó que se consiguiera este resultado como parte de un proceso de paz», indicó.
«Desgraciadamente, este planteamiento ya no se puede conseguir», agregó el Mandatario, quien remarcó que «el nivel de sufrimiento humano en Gaza es intolerable (…) El Gobierno israelí ha permitido que la situación se deteriore».
Tanto Canadá como Francia suscribieron una carta ayer «invitando» a los países del mundo a expresar su voluntad de reconocer un Estado de Palestina. La misiva también fue firmada por Australia, Andorra, Finlandia, Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Nueva Zelandia, Noruega, Portugal, San Marino, Eslovenia y España.
Sin ir más lejos, la oficina del primer ministro de Portugal, Luis Montenegro, comunicó que «está considerando reconocer el Estado palestino, como parte de un procedimiento que podría concluir durante» la Asamblea General de la ONU. Esto, dado «los acontecimientos extremadamente preocupantes en el conflicto, tanto desde el punto de vista humanitario como por las reiteradas alusiones a una posible anexión de territorios palestinos».
Por su parte, el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, declaró este jueves que estaría dispuesto a reconocer a Palestina si el Gobierno de coalición encabezado por el conservador Petteri Orpo se lo propusiera.
ALEMANIA Y EL LLAMADO DE MELONI
Con este panorama, Alemania queda en una posición particular. Es uno de los pocos países que aún defiende a ultranza a Israel basado en la doctrina de la «razón de Estado», mientras crecen los llamados tanto a nivel interno como externo para que aumente la presión sobre el gobierno de Benjamín Netanyahu.
Berlín no solo se está quedando cada vez más aislado en la esfera internacional, sino que también en el plano doméstico aumentan las voces que reclaman una postura más firme.
Este mismo jueves, 200 artistas firmaron una carta abierta al canciller Friedrich Merz reclamándole el fin de las exportaciones de armas a Israel, mientras que la semana pasada un grupo de exembajadores alemanes criticaron al Gobierno por no adherirse a la declaración internacional de 28 países para pedir el fin de la guerra en Gaza.
Al mismo tiempo, trascendió que decenas de jóvenes diplomáticos del Ministerio de Relaciones Exteriores se están organizando para reclamar un posicionamiento más firme y el fin de lo que califican de «doble rasero» con Israel.
Incluso el Partido Socialdemócrata (SPD), el socio menor de la coalición encabezada por el bloque conservador de Merz, ha comenzado a reclamar «mucha más presión», con voces que piden un embargo de armas, la evacuación de niños heridos de Gaza y la suspensión parcial o total del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea (UE) e Israel, entre otras medidas.
Pese a todo ello, Merz ha reiterado que, aunque su Gobierno está desplegando todos los esfuerzos diplomáticos a su alcance para convencer a Israel de que cambie de rumbo, no se plantea un reconocimiento «unilateral» de un Estado palestino -que, por otra parte, queda lejos del debate público en Alemania-.
En la visión de Berlín, reconocer formalmente a Palestina sería uno de los pasos finales en una solución negociada, es decir, aceptada también por Israel, y darlo de forma prematura podría ser incluso contraproducente.
Una visión parecida tiene la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien la semana pasada afirmó que «el reconocimiento del Estado de Palestina, sin que exista un Estado de Palestina, puede ser incluso contraproducente«. «Si se reconoce sobre el papel algo que no existe, se corre el riesgo de que el problema parezca resuelto, cuando no lo está», recalcó la Mandataria, quien añadió que «aunque soy muy favorable al Estado de Palestina, no estoy a favor de su reconocimiento antes de que se haya iniciado un proceso para su constitución».
Con todo, Meloni sostuvo una conversación telefónica el miércoles con Benjamín Netanyahu, a quien la transmitió «la necesidad de poner fin inmediatamente a las hostilidades, dada la situación insostenible e injustificable en Gaza», según un comunicado de su Gobierno.
QUÉ HA DICHO EE.UU.
Este escenario ha molestado a Estados Unidos. El presidente, Donald Trump, advirtió este jueves a Canadá que un reconocimiento del Estado de Palestina dificulta «mucho» el llegar a un acuerdo comercial entre los dos países norteamericanos.
«El presidente ha expresado su descontento y desacuerdo con los líderes de Francia, el Reino Unido y Canadá. Considera que eso es una recompensa para Hamás, que es el verdadero impedimento para un alto el fuego que conduzca a la liberación de todos los rehenes», dijo más tarde la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Estados Unidos ha defendido oficialmente durante años la solución de dos Estados, uno para Israel y otro para Palestina, pero sostiene que el reconocimiento de este último debe ser resultado de negociaciones con Israel y no una decisión unilateral. (Emol Agencias)



