Los resultados del último fin de semana dejan a mi parecer claras conclusiones, pero también claras señales para los distintos sectores políticos.
En primer lugar y como muchos serios analistas ya lo han señalado, hubo un sector ganador y otro perdedor. En cada elección los políticos nos han ido acostumbrando a que todos son ganadores y hay cierta tendencia a caer en su juego de palabras avalando la conclusión anterior. En esta oportunidad es evidente que la oposición logró un buen triunfo y el Gobierno y oficialismo han debido salir intentando explicar su derrota.
En segundo lugar, y en beneficio de la oposición dados algunos resultados, la abanderada Evelyn Matthei ha quedado en una expectante posición para una candidatura presidencial, con amplias posibilidades de victoria.
En tercer lugar, y con un análisis más exhaustivo de los resultados, los ciudadanos han dado también una potente señal de evitar las posturas extremas, es decir, para que se entienda bien, es necesario buscar posiciones al interior del sector que logren configurar posturas eficientes que respondan eficazmente a los principales problemas que afectan al país: seguridad, crecimiento económico, migración y empleo.
En este sentido, y acorde a lo anterior, una cosa es concordar en unidad y otra cosa es conceder. Lo que busco decir con lo anterior es que hoy la derecha lo que debe buscar es la unidad, y repito, unidad, ya que para lograr superar los problemas antes mencionados es necesario derrotar al adversario político, esto es, FA y PC, y ello solo se logra con unidad y a no confundirse con conceder. En especial cuando prontamente se agudizarán las discusiones sobre importantes políticas públicas, como son el reciente proyecto de ley sobre financiamiento a la educación superior (FES) y prontamente la reforma previsional. (El Mercurio Cartas)
Miguel Bejide C.



