Convergencias del Plan B y las negociaciones ya en curso si gana...

Convergencias del Plan B y las negociaciones ya en curso si gana el Rechazo

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Si bien el Rechazo lidera las encuestas, parte importante del espectro político está de acuerdo en que el proceso constituyente debe continuar tras el plebiscito del 4 de septiembre.

Ante la opinión pública, incluso sectores que disienten de la propuesta de nueva Constitución han trabajado en consensuar distintas alternativas al texto de la Convención, o de reformas a esta.

Por otro lado, quienes apoyan la opción Apruebo se han puesto de acuerdo para proponer modificaciones al proyecto de nueva Carta Magna. Esto, con el objetivo de mejorar el texto, atender a las críticas que han hecho distintos expertos y resolver ciertas incertidumbres o dudas que tiene la ciudadanía sobre algunos puntos. De esta forma, tanto la postura de “Rechazo para reformar” como la de “Apruebo para reformar” ya tienen una base.

En junio, el Partido por la Democracia (PPD) fue uno de los primeros en presentar un documento con sugerencia de cambios a la eventual nueva Constitución, en caso de aprobarse. Luego, en julio pasado, Chile Vamos lanzó 10 puntos que comprometían para un “tercer texto” constitucional en caso de imponerse el Rechazo.

A principios de este mes, la Democracia Cristiana también hizo llegar su propuesta que, al igual que el resto de los documentos de las otras colectividades, se centra en temas sustanciales, como el sistema político, plurinacionalidad, Poder Legislativo, Sistemas de Justicia, entre otros.

Al mismo tiempo, días atrás el oficialismo logró llegar a un acuerdo de propuestas de reformas a la nueva Carta Fundamental, recogiendo varios puntos que también habían puesto en la mesa los sectores que se les adelantaron.

Pese a representar mundos muy diferentes, los acuerdos de los distintos colectivos políticos comparten varias semejanzas, especialmente en lo que tiene que ver con la reposición de la iniciativa exclusiva presidencial, reponer el Senado y reemplazar la denominación “Sistemas de Justicia” por la de “Poder Judicial”.

FIGURA PRESIDENCIAL

Oficialismo (Apruebo Dignidad + Socialismo Democrático): Excluir la reelección presidencial consecutiva y la atribución de presentar mociones parlamentarias que provoquen gastos directos al Fisco.

Democracia Cristiana (facción por el Apruebo): Eliminar la reelección inmediata del Presidente y modificar las normas de concurrencia presidencial necesaria. En específico, que las que causen gastos directamente del Estado se mantengan de iniciativa exclusiva del Presidente.

Ricardo Lagos: Revisar el régimen político que la nueva Constitución propone, en especial el rol del Presidente de la República y el bicameralismo asimétrico.

Chile Vamos (UDI + RN + Evópoli): Nuevo presidencialismo y “rehabilitación del principio de mayoría”. Garantizar que la figura del Presidente sea jefe de Estado y de gobierno.

PODER LEGISLATIVO

Oficialismo: Mejorar equilibrio entre el Poder Legislativo, el gobierno central y las entidades. Mantener eliminación del Senado.

Democracia Cristiana: Aumentar las facultades de la Cámara de las Regiones para incluir la seguridad social, la regulación del agua y toda iniciativa que genere gasto, y sustituir su nombre por Senado de las Regiones.

Ricardo Lagos: Si bien no incluyó este aspecto en sus propuestas de reforma, Lagos se ha mostrado disconforme con la eliminación del Senado.

Chile Vamos: Reposición del Senado y que el Congreso tenga mayores atribuciones frente al Presidente.

JUSTICIA

Oficialismo: Reemplazar “Sistemas de Justicia” por “Poder Judicial , que no existan regímenes de justicia paralelos y revisar la composición del Consejo de la Justicia para asegurar integración por una mayoría de jueces.

Democracia Cristiana: Evaluar los nombramientos y la integración del Consejo de la Justicia. Regular con más detalle la justicia indígena: que sea de naturaleza voluntaria sólo se aplica a personas que forman parte de un mismo pueblo originario, y determinar en qué materias sería competente.

Ricardo Lagos: Cambiar la denominación de “Sistemas de Justicia” por “Poder Judicial”, además de la integración y las facultades del Consejo de la Justicia.

Chile Vamos: Fortalecer un Poder Judicial “único, común a todos, jerarquizado, independiente e imparcial”.

PUEBLOS ORIGINARIOS

Oficialismo: Establecer que la consulta indígena se refiere sólo a las materias que puedan afectar directamente a los pueblos indígenas y que la justicia indígena esté subordinada a la justicia ordinaria.

Democracia Cristiana: Que se permita que el órgano encargado para la restitución de tierras indígenas pueda ser creado por ley y que en la designación de sus integrantes tengan participación otros órganos del Estado.

Ricardo Lagos: Reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, pero mantener un Poder Judicial.

Chile Vamos: Reconocer constitucionalmente a los pueblos originarios, su tradición, cosmovisión, lengua y espacios de desarrollo, apuntando que será en el marco de un Estado unitario e intercultural.

ESTADO DE EXCEPCIÓN CONSTITUCIONAL

Oficialismo: Reponer el estado de emergencia por grave alteración de la seguridad pública, autorizando que las Fuerzas Armadas puedan colaborar en tareas de resguardo del orden constitucional y del Estado de Derecho.

Democracia Cristiana: Reincorporar el estado de excepción de emergencia.

Ricardo Lagos: No ha hecho referencia expresa a este tema.

Chile Vamos: No hicieron referencia a este asunto en sus propuestas, pero distintos convencionales y legisladores del colectivo han manifestado su apoyo a la reposición del estado de emergencia.

CONVERSACIONES EN MARCHA

Se ha transformado en el escenario en que se han desarrollado múltiples conversaciones. La sede del Congreso en Valparaíso -la sala, los comedores y sus pasillos- ha sido el lugar donde soterradamente se han desatado los diálogos -que se han intensificado esta semana-, para darle cuerpo a un acuerdo después del plebiscito de este 4 de septiembre, en caso que gane el Apruebo o el Rechazo. Pero, sobre todo, si es que se impone esta última alternativa, que según distintos sondeos de opinión sigue teniendo ventaja a menos de un mes de los comicios.

Incluso, hasta el propio Presidente Gabriel Boric ha tomado contacto con algunos dirigentes partidarios del oficialismo y la oposición para sondear posturas.

Aunque se trata solo de tratativas informales, se han comenzado a esbozar escenarios para las dos alternativas y uno de los puntos en los que hay consenso, especialmente en el Senado, es que Boric dé el primer paso la noche del 4 de septiembre.

¿Y cabe una nueva asamblea, como planteó Boric? Es una de las posibilidades, pero no con las mismas reglas ni forma de elección de la disuelta Convención Constitucional. De hecho, la idea de un plebiscito de entrada -como empujó con fuerza la derecha hace unas semanas- ha ido perdiendo fuerza en algunos sectores, debido a que temen que se dilate mucho el proceso y coincida con los otros ciclos electorales.

Otro punto que agrada a legisladores de oposición y oficialismo es que los nuevos constituyentes sean elegidos en una lista nacional, es decir, no habría separación de distritos. Todos los electores votan por candidatos que compiten por todo el país. La idea sería mantener la paridad, pero que la participación de independientes sea acotada y de escaños reservados proporcional. El plazo de trabajo también sería más reducido y con mayor sustento profesional.

Algunos senadores de derecha y del oficialismo dicen que esperan que el Mandatario asuma un rol directo, ya sea para implementar las reformas adecuatorias en caso de triunfar la propuesta de la Convención Constitucional o bien dar luces de cómo reflotar el proceso constituyente, a través de un nuevo mecanismo, si es que se impone la opción del Rechazo.

En el caso de la Cámara Alta, el presidente de la corporación, Álvaro Elizalde (PS); los senadores PPD Jaime Quintana y Ricardo Lagos Weber; los timoneles de la UDI, Javier Macaya, y el de RD, Juan Ignacio Latorre, y los senadores Luciano Cruz-Coke (Evópoli) y Juan Antonio Coloma (UDI) han sido algunos de los interlocutores de estos diálogos informales. Cada uno, sí, con sus matices. De hecho, esta semana, se dieron algunas conversaciones en la misma sala del Senado.

Los contactos en ese espacio se acentuaron con la presentación de documentos con contenidos de cómo debiera ajustarse la nueva Constitución. El primero en plantear temas fue el PPD, luego los partidos de Chile Vamos y la semana pasada las colectividades del oficialismo que están por el Apruebo.

Además, otro hito de esas tratativas fue la aprobación, el pasado 20 de julio, de la reforma que rebaja el quórum para modificar la actual Carta Fundamental (de autoría de los senadores DC Ximena Rincón, Matías Walker, Iván Flores y el independiente PPD Pedro Araya), que fue despachada por la Cámara la semana pasada.

Un senador comenta que la idea, más que un Plan B o C, era avanzar en una suerte de diseño único que tuviera aplicación independiente del escenario posplebiscito. De hecho, uno de los temas que se dan por descontados es la recuperación de la denominación Senado en vez de Cámara de Regiones.

En los últimos días, sin embargo, ya se comenzó a hablar de procedimientos, que igualmente requerirán reformas, especialmente si gana el Rechazo.

Por ejemplo, tanto en el oficialismo como en la oposición dicen que el senador Quintana ha socializado su propuesta, la cual le entregó a la directiva del PPD, encabezada por Natalia Piergentili, quien también estaría trabajando en un documento sobre procedimientos. Según quienes conocieron la idea de Quintana, sostienen que propone -en caso de ganar el Rechazo- una Convención Constitucional con convencionales elegidos nacionalmente, con lista cerrada y que tendrán acceso a un número proporcional de expertos. Todo esto, sin plebiscito de entrada, sino mediante una reforma al Capítulo XV de la Constitución.

En la derecha también ha comenzado a cuajar la idea de que sea mediante una reforma, enviada por el Presidente Boric, la que habilite la nueva Convención, pero con otras reglas que sean “más razonables”.

Esto en línea con el proyecto de ley que ingresaron hace unos días los senadores Rincón y Walker, el que señala que “si la cuestión planteada al electorado en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, el Presidente de la República, en el plazo de 15 días, enviará al Congreso Nacional un proyecto de reforma constitucional para definir democráticamente los mecanismos paritarios de continuación del procedimiento para elaborar una nueva Constitución, el que deberá ser despachado a ley en un plazo no mayor a 30 días desde su ingreso”.

Esa iniciativa, de hecho, antes de su ingreso había sido socializada con parlamentarios del sector.

En este escenario, Chile Vamos tuvo una reunión este jueves en la casa de la presidenta de Evópoli, Luz Poblete, en la que participaron sus pares y los secretarios generales de los tres partidos del bloque. Ahí, pusieron las cartas sobre la mesa y hubo consenso en no adelantar, al menos públicamente, cuál es el mecanismo que prefieren si es que gana el Rechazo. En todo caso, si bien hay más o menos consenso en que no haya plebiscito de entrada, en el detalle de las fórmulas tienen matices. Por ejemplo, hay quienes creen -de los sectores más duros- que si gana el Rechazo hay que esperar, incluso, hasta después de las Fiestas Patrias y apostar a que todo decante solo en una comisión de expertos, lo que, en todo caso, la mayoría de Chile Vamos considera que es inviable.

En el sector también se ha conversado sobre lo que esperan el día de las elecciones: que Boric entregue un discurso convocante también para la derecha.

De hecho, según fuentes de la oposición, Macaya y el secretario general de RN, Diego Schalper, han hablado directamente con el Mandatario para transmitirle que no debe haber un tono agresivo hacia el sector, de lo contrario, será más complejo lograr acuerdos, sobre todo si gana el Rechazo. Esto en un contexto en que la derecha más dura podría no querer avanzar en cambios a la Constitución si es que esa alternativa se impone con una ventaja holgada.

Quienes han sabido del contenido de esos diálogos, además, dicen que el Jefe de Estado sigue optimista con que gane el Apruebo, pero que, de imponerse la otra opción, comparte la idea de que no haya otro plebiscito de entrada.

En el oficialismo, por otro lado, le han pedido a la derecha que si gana el Rechazo, se le respete el mandato a Boric -es decir, que no se le cuestione públicamente su continuidad o se empujen acusaciones constitucionales-, y cuidar a la figura presidencial.

En este contexto, el senador Macaya dijo esta semana, en un seminario de Clapes, que “los presidentes tienen que cumplir su mandato. Tienen un rol para ayudar a que el proceso fluya y continúe. Probablemente será uno de los protagonistas”.

Boric, por su parte, recalcó este viernes, en un punto de prensa que dio en el marco de su gira en tren, que “el proceso constituyente tal como se ha señalado desde diferentes sectores va a continuar, lo que hay que decidir es si continúa con reformas al texto aprobado o si hay que hacer un nuevo proceso constituyente”.

DEBATE EN LA CÁMARA BAJA

En las conversaciones que se han dado en la Cámara de Diputadas y Diputados, algunas convocadas por el presidente de la corporación, Raúl Soto, se han trazado algunas líneas de cómo debería seguir el proceso si gana el Rechazo. El diálogo en la Cámara Baja -en el que han participado Schalper, Francisco Undurraga (Evópoli), Eric Aedo (DC), Jorge Alessandri (UDI), entre otros personeros que también incluyen al oficialismo- ha estado enfocado, en primer lugar, en lo procedimental. Cómo debe ser la nueva instancia.

Esta semana, sin embargo, Soto expresó un matiz respecto del diseño que ha conversado en el Senado. “El gobierno no puede imponer una visión respecto de lo que quiere y, por lo tanto, tiene que haber una conversación política en el sentido de ponernos de acuerdo en cuál va a ser el contenido de ese proyecto”, dijo el jueves en radio Universo.

En la Cámara explican que la idea de Soto es que el acuerdo sea propuesto desde el Congreso y no desde La Moneda, en un diseño similar a lo que fue el acuerdo del 15 de noviembre de 2019 (15-N). Por lo mismo, sus señales también son un guiño para la derecha y fuerzas como el PDG y la DC.

Y si bien los diálogos en la Cámara y el Senado se han dado en forma paralela -en una especie de carrera por quién tiene la hegemonía de un eventual acuerdo-lo cierto es que en los últimos días los distintos personeros reconocen que un consenso debe contar con la participación del Ejecutivo, la Cámara y el Senado, con el objetivo de que sea lo más transversal posible.

En el Socialismo Democrático y en parte del Frente Amplio plantean “atingente” empezar a delinear en el próximo comité político una estrategia o plan de acción tras conocerse los resultados. En ese sentido, el oficialismo dice que el tema de una nueva instancia constituyente, como la Convención, es un punto intransable y demandan que el Presidente asuma un protagonismo el mismo domingo del plebiscito. (La Tercera)