Joe Biden ha alcanzado los 270 votos del colegio electoral y con ello estarían culminando las elecciones presidenciales en los EEUU. Sin embargo, aun quedara camino por recorrer debido a las denuncias del presidente Trump de presuntos fraudes en algunos estados. Hasta, alrededor del 15 de diciembre se estará en este escenario.
Si se consideran las encuestas previas, no hay duda de que la votación de Trump fue una sorpresa ya que acortó significativamente las cifras que se daban en las encuestas. Se hablaba de que había un voto oculto a favor de Trump, que no era posible medir previamente, pero no se pensó que llegaría a amagar tan seriamente a Biden. Se daban 10-12 puntos de diferencia entre ambos.
Por ahora, los reclamos se ven estériles porque parecen más bien “pataleos” políticos ya que el contendor demócrata alcanzo la cifra requerida, que le estaba muy cerca.
Para los republicanos (GOP) estas elecciones no eran fáciles. Por ejemplo, California de tendencia demócrata son 55 votos. El segundo estado más grande es Texas con 38. O sea, los demócratas parten con 17 votos a favor, si se considera que los republicanos ganen el segundo estado grande. Los terceros estados son Nueva York (tendencia demócrata) y Florida con 29 votos. De allí, que la disputa de Florida fuera tan relevante para Trump.
A Trump le jugaron en contra sus excesos y no ser capaz de evitar sus comentarios por Twitter, muchas veces, impropios de un presidente al colocar sobrenombres a sus opositores. Si recordamos en el primer debate fue muy agresivo e incluso, hostigo a Biden con la drogadicción de un hijo. Pero, seguro alguien lo aconsejo de no repetir esa conducta ya que en el segundo debate cambió en forma evidente su conducta. Se agrega, que en su propia familia tuvo desavenencias tanto que una sobrina publicó un libro que lo perjudicaba mucho.
En estas elecciones el tema central finalmente, fue el acuerdo o desacuerdo con los excesos de Trump. En suma, fue un juicio ciudadano de carácter politico a la personalidad y conductas de Trump que sobre los grandes temas políticos, económicos, sociales o los logros que el presidente tuvo o no. A Donald Trump su personaje lo supera largamente. Sabiendo eso, los demócratas le colocaron como contrincante un hombre mayor, político tradicional, más bien conservador, católico, con una penosa vida familiar opuesto a la agresividad de Trump. En resumen, el voto más que “pro Biden” fue contra Trump. En la elección anterior pasó esto mismo, pero al revés. Por eso, Trump ganó a Hillary. Hubo, en esa ocasión, mucho voto de demócratas conservadores contra Hillary.
Los republicanos en su mayoría no han dejado solo a Trump y lo han apoyado, pese a ser Trump, un personaje que fue un allegado al partido y no un miembro tradicional y fiel representativo de GOP. Antes, incluso, fue demócrata no olvidemos eso. Un error de Trump, fue que atacó innecesariamente a republicanos insignes como el fallecido senador John McCain, ex candidato presidencial, veterano de guerra y héroe de la aviación naval. Por ello, varios reconocidos republicanos formaron el Lincoln Project (2019) y se alejaron de Trump oponiéndose al empresario y anunciando su apoyo a Joe Biden en estas elecciones.
No obstante, hay que tener presente que hay un “trumpismo” vivo de orden popular, quizás ajeno al partido republicano, que lo compone gente de distinto orden tales como clase media, latinos, trabajadores y obreros.
Este resultado tan apretado deja en evidencia que absorber enemigos innecesarios fue un error. Si recordamos, todos los reconocidos generales de las FFAA que lo apoyaron al inicio, colocando su experiencia en tareas relevantes los exoneró uno a uno. Recordemos, por ejemplo, al General MacMaster, Mattis, Kelly o el ex consejero de seguridad nacional John Bolton. También otros de sus colaboradores terminaron enemistados con Trump. Lo claro es que, si se tiene una opinión divergente con él, lo más seguro es que le aplique su típica frase “You are fired” (estas despedido)
Se colige que, si Trump hubiese tomado conciencia de que era presidente de una gran potencia y hubiese tenido más modestia midiendo sus conductas y sus palabras, probablemente, habría ganado la elección.
En Chile, hay sectores que miran con simpatía a Trump, porque se quisiera tener algo parecido acá ante la falta de autoridad, pero, Trump no ha mostrado calibre de estadista.
Lo que se viene a futuro es que Biden, aunque lo veremos correr para demostrar su buen estado físico, se presume que dada su edad podría gobernar solo 4 años y luego ser reemplazado por otro candidato. Una opción, sería por alguien del ala más de izquierda con el liderazgo creciente de Alexandria Ocasio Cortez y aún el mismo Bernie Sanders. Otra opción, quizás más probable por la vicepresidente Kamara Harris, más moderada. En el futuro habrá que observar que ocurrirá con las fuerzas internas de los demócratas.
De todas maneras, Biden-Harris tienen que considerar que sus oponentes tienen 71 millones de votos, mantienen del control del senado y ganaron algunos cupos en la cámara de representantes. En síntesis, el pais está prácticamente partido en dos y, en consecuencia, cuidar la estabilidad será la tarea más importante en estas circunstancias.
Los republicanos tendrán que tener una autocrítica y no dejarse llevar, a futuro, por un personaje popular por sobre candidatos de trayectoria en el partido. Tuvieron buenas opciones que quedaron en el camino. No se trata de ganar la casa blanca para después abandonarla a los cuatro años, como sucedió con Ford, Bush padre y ahora Trump. El cuarto, no reelecto, fue el demócrata Carter.
Sabemos que en EEUU el presidente debe ser hábil y en sus primeros 4 años asegurar el segundo periodo, para ello evitara granjearse resistencias o perder adeptos.
De esto resulta que un gran desafío para EEUU, entendida como una unión de estados en régimen federal, que desean mantener históricos grados de independencia (se es ciudadano del estado primero y por ello no hay carnet de identidad nacional) es limitar la flexibilidad del sistema político. Se trata de un continente con 50 estados más grandes que varios paises del mundo. Hay estados en que se puede cambiar el voto inicial, otros estados dan más tiempo para entregar sus votos, esto es que hay diferencias de procedimientos. Esta reciente experiencia, gran causante de sospechas de fraudes, obliga a repensar, no el sistema electoral del voto por estado que ha asegurado estabilidad histórica, sino que consensuar procedimientos. Mas aun, aunque no ocurre, pero podría ser que un miembro del colegio electoral no vote acorde con el voto popular del estado.
A estas horas hay celebraciones, pero aun no hay algún anuncio oficial que indique la victoria de Biden, hasta ahora es la prensa la que la ha “oficializado” de hecho.
Por ser potencia mundial y por poseer una democracia ejemplo para el mundo, los EEUU no deben proyectar una imagen de tercer mundo en un acontecimiento de esta relevancia. (Red NP)
Jaime Garcia Covarrubias



