Los economistas llaman a esa propuesta “Impuesto a la Renta Negativo”, mecanismo que reemplaza una multiplicidad de subsidios indirectos por una sola transferencia automática directa. Esto significa menos burocracia, menos costos administrativos y una mayor valoración del beneficio por los trabajadores.
El Proyecto Puente —grupo transversal convocado por Rolf Lüders en la Universidad Católica para consensuar políticas para un futuro gobierno— proponía lo siguiente: “Avanzar hacia un sistema de ingresos basado en un Impuesto Negativo al Ingreso, que entregue un complemento monetario a las personas y hogares con ingresos laborales insuficientes…”. Que una candidata del PC lo proponga confirma ese consenso transversal.
El próximo gobierno tiene una oportunidad clara: aplicarlo y así mejorar ingresos a las personas y, al mismo tiempo, gastar menos y mejor. Y para el nombre, es mucho mejor el “Vital Garantizado” que el “Impuesto Negativo”. (El Mercurio Cartas)
Gerardo Jofré



