Hemos propuesto, entre otras cosas, incluir en la reforma de pensiones el reemplazo de las comisiones que cobran las AFP por una comisión en dos partes. Salvador Valdés, en su carta del domingo 1 de diciembre, afirma que la comisión en dos partes llevaría a comisiones más altas sin necesariamente generar más rentabilidad para los cotizantes. Los dos casos que describe asumen que no habría competencia entre administradoras; por tanto, cobrarían en exceso. Y claro, cuando no hay competencia, los precios son más altos.
Imaginemos una licitación en la cual se le exige al ganador de un 10% de los afiliados aplicar esa misma comisión a todos los afiliados que ya son sus clientes, como planteó el Gobierno. Eso desincentivaría la participación de la mayoría de las AFP actuales en la licitación, habría menos competencia y eso llevaría a una comisión eventualmente más alta. Solo si hay competencia las comisiones podrán bajar, ya sea con comisiones en dos partes o con licitaciones.
Omite nuestras propuestas para incrementar la competencia: eliminar las barreras que existen para crear nuevos administradores y bajar los costos de los actuales permitiéndoles compartir vendedores y estructura con otras empresas, establecer la ratificación cada tres años en el mes que haya ingresado a la administradora elegida por cada cotizante y exigir que cada AFP comunique mensualmente a los celulares de los afiliados la confirmación de que recibieron su cotización, su rentabilidad y comisiones, así como las del resto de las administradoras.
Las administradoras no podrían cobrar por rentabilidad si el fondo no ha recuperado pérdidas acumuladas o no ha alcanzado la rentabilidad acumulada por el benchmark. Eso equivale a la existencia de un “castigo” a la comisión, aunque haya rentabilidad positiva, algo que Valdés echa de menos. El benchmark, por simplicidad, podría ser la tasa de los bonos del Estado, podría agregársele un porcentaje o podría ser el promedio de la rentabilidad de carteras similares por tipo de fondo.
La comisión en dos partes en lo medular busca responder a la principal crítica a las AFP: que cobran la misma comisión, aunque la rentabilidad sea negativa. Es un paso decisivo en la legitimidad del sistema. (El Mercurio Cartas)
Bernardo Fontaine
Michele Labbé
Alejandro Weber