El Gobierno acaba de presentar su Agenda Anti Abusos, pero dejó fuera el abuso mayor: el Pacto por la Nueva Constitución sellado entre la derecha y la izquierda que busca cambiar el modelo económico y social que más progreso le ha traído a Chile. Los que firmaron el acuerdo, desde el Frente Amplio a la UDI, han decidido poner su firma en un documento que consagra la hoja en blanco para llevar los destinos de Chile en los próximos dos años y quedar a merced de la violencia y las barricadas, que son las grandes responsables de la destrucción que ha ocurrido en los últimos días.
Las encuestas, que antes daban casi un 100% como prioridad a la Nueva Constitución, hoy se desploman frente a la evidencia de la pérdida de empleos, el caos económico y la paralización de las inversiones en el país. Lo hacen porque el chileno real, las personas comunes y corrientes, no están preocupados de las discusiones de las feministas radicales o de la agenda política de los dirigentes históricos de los mal llamados representantes de los pueblo originarios. No, ellos están preocupados por el día a día que viven y por las injusticias y urgencias sociales que llevan años y décadas pendientes.
Hace dos años, el llamado movimiento No + AFP afirmó haber convocado a 1 millón de personas para votar por su propuesta que terminaba con el sistema de capitalización individual en Chile. Pocos meses después, en las elecciones formales, transparentes y mayoritarias, el pueblo de Chile en dos oportunidades optó por apoyar al candidato que no promovía el término de las AFP, sino que perfeccionaba e introducía mejoras al sistema.
El fin de semana pasado, en medio de denuncias de fraudes y duplicaciones del voto, se afirmó que más de 2 millones de personas habrían participado de la consulta comunal, y que cerca de un 80 por ciento de ellas habrían apoyado la Nueva Constitución. Como lo hemos dicho y lo repetiremos hasta el cansancio: quienes estamos en contra de la Nueva Constitución sabemos que todos los sectores políticos y todos los medios están en nuestra contra, y que para efectos del debate público, partimos con marcador 8 a 2 en contra. Pero también sabemos, que quedan 5 meses para el Plebiscito y que tenemos los argumentos, las propuestas y el espíritu para llevar adelante una campaña alternativa, que interprete a los millones de chilenos que no creen en este cheque en blanco y que no están dispuestos a arriesgar su progreso y el de todos los chilenos a cambio de aventuras revolucionarios que han demostrado su fracaso en varias partes del mundo.
Junto a muchas personas, líderes de la sociedad civil y políticos que no forman parte de este acuerdo de colusión constitucional, iremos construyendo paso a paso la campaña que necesitamos para que gane la opción Rechazo y salvemos al país de la emboscada constitucional a la que ha sido arrastrado. Sabemos también que será una coalición amplia, que piensa cosas muy distintas y que tiene distintas motivaciones para rechazar este plebiscito.
Pero la gran diferencia está en que no habrá pacto de colusión ni oscuridad en las propuestas que presentemos y la campaña que buscamos liderar. De manera transparente y positiva, buscaremos relevar el exitoso progreso de la Constitución que nos rige; destacar los cambios que son necesarios para fortalecerla; y denunciar una y otra vez la violencia que ha destruido empleos, comercios y la tranquilidad de millones de chilenos. (La Tercera)
José Antonio Kast