Los resultados de la elección presidencial y parlamentaria de este domingo han marcado el inicio del cierre del ciclo político del Presidente Gabriel Boric. El exiguo 26,58% obtenido por la candidata oficialista, Jeannette Jara (PC), quien avanzó al balotaje contra José Antonio Kast (24,32%), pone de manifiesto el fracaso de la administración frenteamplista en su objetivo de asegurar un traspaso de mando a un proyecto de continuidad.
El bajo resultado de Jara, que no alcanzó el umbral del 30% que ha sostenido al gobierno, reafirma el fortalecimiento de la derecha. La suma de Kast, Evelyn Matthei y Johannes Kaiser alcanza un 59,1% del electorado, un escenario que complica severamente las opciones de la candidata oficialista de imponerse en la segunda vuelta del 14 de diciembre. Ambos sectores ahora se disputan el sorpresivo 18% del electorado obtenido por el candidato del Partido de la Gente, Franco Parisi.
Este es el tercer resultado electoral adverso para Boric y su generación política. El primer golpe fue la derrota del proceso constituyente en septiembre de 2022, con el triunfo del Rechazo por un 62%, lo que forzó al mandatario a reordenar su gabinete e incorporar figuras del Socialismo Democrático, como Carolina Tohá. El segundo revés ocurrió en las elecciones municipales de octubre de 2024, donde el oficialismo perdió 40 alcaldías, incluyendo municipios emblemáticos como Santiago y Ñuñoa.
El domingo, el Presidente Boric encabezó una reunión operativa con su círculo más íntimo en La Moneda, que incluyó a figuras clave como Camila Vallejo, Álvaro Elizalde y Carlos Durán, para definir la estrategia comunicacional post-electoral. Este grupo opera en medio de un clima de críticas crecientes a la gestión, que provienen no solo de la oposición, sino también de figuras del oficialismo que buscan desmarcarse del gobierno en el contexto de la campaña.
La candidata Jara, de hecho, se desmarcó del Ejecutivo en al menos doce materias sensibles, buscando crecer electoralmente más allá del 30% de apoyo de Boric. Entre los temas de crítica se encuentran el manejo del caso del exsubsecretario Manuel Monsalve, el avance de la reconstrucción tras los megaincendios y la crisis por el mal cálculo de las cuentas de la luz. El comando de Jara optó por la abstención de respaldar al Ejecutivo ante las críticas de la oposición.
Esta ofensiva obligó al Presidente a asumir la defensa personal de su gestión, enfrascándose en discusiones con Matthei, Kast y Kaiser. Las intervenciones de Boric, incluyendo el uso de la cadena nacional para cuestionar la propuesta de recorte fiscal de Kast, le valieron críticas transversales. En Palacio han evitado polemizar con Jara, salvo contadas excepciones como la respuesta del ministro Carlos Montes, priorizando la defensa de la gestión.
El diseño de La Moneda, respaldado por la ministra Vallejo y el ministro Elizalde, se centra en cuidar el legado del gobierno. En este marco, el Presidente intervendrá cuando sea directamente emplazado sobre sus iniciativas o los resultados de su administración, insistiendo en que ha logrado alcanzar la estabilidad tras la crisis social y la pandemia.
De cara al balotaje, el Mandatario ha mostrado un repliegue táctico en materia electoral para centrarse en una agenda «contundente» de gestión, como la iniciativa «Trenes para Chile», buscando mostrar el trabajo realizado. Sin embargo, esta decisión de Boric de «meterse» en temas de campaña choca con la pretensión del comando de Jara, que insiste en que el mejor aporte del Ejecutivo es dedicarse exclusivamente a gobernar.
Un eje fundamental del legado que La Moneda busca preservar es la agenda de Derechos Humanos, que llevó al Presidente a conmemorar los 50 años del golpe de Estado. Esta agenda se utilizó en la recta final para golpear a los candidatos de oposición, especialmente a Johannes Kaiser, por consideraciones que cruzaron las «líneas rojas» del gobierno. (NP-Gemini-La Tercera)
