Chile y el empleo del Siglo XXI-Nicolás Monckeberg

Chile y el empleo del Siglo XXI-Nicolás Monckeberg

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Chile enfrenta hoy cuatro grandes desafíos en materia laboral. Primero, la revolución tecnológica y la automatización, que se estima destruirán el 14% de los empleos alrededor del mundo en 10 años más. Pero que también crearán millones de trabajos nuevos, para los que tenemos que estar preparados.Segundo, la abrupta forma en que estamos envejeciendo: hoy el 10% de nuestra población son adultos mayores y llegaremos al 20% en dos décadas.Esto, que a Chile le tomará 20 años, a Inglaterra le llevó 75 años; a Estados Unidos, 60; y a Italia, 55. El envejecimiento genera desafíos en políticas públicas, sobre todo en temas laborales. Porque adultos mayores que viven más, legítimamente demandan oportunidad de trabajar.

Tercero, la migración. La velocidad de este fenómeno en Chile ha sido inusitada: mientras que en 2005 los migrantes representaban el 1,3% de la población, a 2017 esa cifra alcanzó el 6,1%. Quizá por eso, en agosto de 2018 -en comparación con igual mes de 2017- por primera vez en la historia el número de extranjeros que se incorporó al sistema de seguridad social fue mayor que el de chilenos. Por eso es tan importante crear más y mejores empleos para todos.

Cuarto, el cambio climático: sequías en zonas tradicionalmente húmedas y lluvias en lugares áridos -entre otros-, están modificando la dinámica laboral en distintas partes del mundo. Y Chile no ha sido la excepción.

Frente a este nuevo escenario, nuestra invitación es a ejecutar las acciones necesarias para sacar el máximo provecho de él. Por ello, la Agenda de Modernización Laboral que estamos presentando al país contiene, entre otras, las medidas que desplegarán en Chile los sistema productivos del SXXI, donde la tecnología da libertad para trabajar a distancia y hacerlo bien; ampliando el número de personas que podrá acceder a un empleo; aumentando la productividad; y permitiendo conciliar necesidades personales, familiares, culturales y recreacionales.

Nuestra agenda también busca proteger eficazmente los derechos de los trabajadores, porque muchos de ellos solo están garantizados en el texto, pues en la práctica terminan judicializándose, afectando a los más desprotegidos.

Finalmente, anhelamos el crecimiento de nuestros trabajadores, mediante la capacitación continua y la reconversión laboral. De ello se hace cargo la reforma al Sence lanzada hace pocos días. Lograr que Chile tenga un mercado laboral moderno e inclusivo, donde los trabajadores aprovechen las nuevas oportunidades no depende solo de nosotros. Una política de Estado que debemos respaldar unidos, para que seamos la nación donde se crean los nuevos empleos y no solo donde se destruyen los trabajos del pasado. (La Tercera)

Nicolás Monckeberg, ministro del Trabajo

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