En el baile de máscaras que animan las cambiantes propuestas sobre la generación de un nuevo órgano constituyente, se le atribuye a “Chile Vamos” la siguiente: un 50% nombrado por el Congreso (parlamentarios o expertos) y la otra mitad por voto popular, pero de acuerdo a la forma de elección del Senado.
Para facilitar el análisis de esa iniciativa, supondremos un cuerpo de cien miembros. De los 50 nominados por el Congreso, dada su actual composición, 23 corresponderían a la derecha y de los 50 elegidos de acuerdo al procedimiento de elección de los senadores, se podría suponer que la mitad de ellos (como ocurre en la actualidad), pertenecería a ese mismo sector.
Lo anterior significa que el próximo borrador de la Constitución sería elaborado por la derecha. Dado que toda reforma constitucional se deberá aprobar por los 4/7, ese sector podrá vetar toda propuesta en que no esté de acuerdo (para ello necesita 43 votos, en circunstancias que dispondría de 48); ello, sin considerar la posibilidad de agregar a su favor convencionales del Partido de la Gente, Amarillos o de otros grupos.
Si solo en eso consistiera la propuesta de “Chile Vamos”, aceptarla es imposible. De no tener éxito las negociaciones en curso, lo que procede es que sean los ciudadanos —una persona, un voto— los que en un plebiscito de entrada resuelvan la forma de generación del nuevo órgano. (El Mercurio Cartas)
Genaro Arriagada
