Dejando atrás un espasmódico gobierno, aprendiendo desde la escuela de la realidad a sacrificio del bienestar presente y eventual futuro de la sociedad; por cuanto el daño va desde las estructuras institucionales al ámbito económico. Donde la moralidad pública ha estado relajada o más claramente divorciada a la ética. Y han disfrutado del aparato público para goce de su clientela partidista y particularmente sus dirigentes. Desde la sistemática y pérfida creación de las fundaciones, de un clientelismo símil del trasnochado peronista a la continua creación de cargos para sus alternos y subalternos sin méritos profesionales, con un costo de oportunidad incuantificable al desarrollo del país.
Han expandido la plantilla publica con 120.000 nuevos cargos, perpetuado la atrofia de la administración fiscal. Y cada iniciativa de origen estatal ha significada un anacronismo como la casi omnipresencia en el desarrollo del litio y casos como el precario como ridículo proyecto de la distribución del gas licuado. La concentración impropia y anti libertaria, como deficitaria, del capital humano de la educación y la salud, ahogando las opciones privadas que interpretan el sentir de la gente.
La suma de estos factores estatistas de concepción socialista, de fondo explica de por sí, el gigantismo del presupuesto nacional de US $90.000 millones y su escasísimo escrutinio como performance traduciéndose en su creciente deuda anual y acumulada a tal extremo, que hay que endeudarse para sólo pagar los servicios de la deuda que, proyectado en cuatro años puede alcanzar el espiral de nuevo endeudamiento de la irresponsable y gatillante cifra de US $50.000 millones.
Enfaticemos la cruda realidad que pasa irremediablemente por una concepción económica, de un Estado omnipresente de no sólo escasísima eficiencia, que no sólo no ampara y apoya al sector privado, sino que lo bloquea y entorpece con sus anquilosadas regulaciones, una doble limitación. Este escenario significó que la segunda fuente de ingresos de las arcas fiscales cayó en un sensible 23% que son los impuestos corporativos, provocada por la menor actividad económica y las trabas y desincentivos mencionados. Más los menores ingresos por la abismante caída del precio del litio (a un noveno de su precio estrella) provocó el déficit del presupuesto que se ha traducido en una preocupación expresadas en sendas editoriales, superando un déficit de un 3%, lejos de las previsiones originales.
Enfatizamos que más Estado es menos presencia del sector privado axiomáticamente, y las iniciativas privadas, las grandes empresas en particular, son las que aportan lo imaginable: productos y servicios competitivos, exportaciones, modernidad y altos grados de sustentabilidad para amparar sus grandes inversiones, que son la turbina irremplazable para el crecimiento. Sólo la minería y los proyectos energéticos sumadas a las empresas Ipsa se estima que en un breve y estrecho periodo podrían invertir el equivalente a un presupuesto nacional, es decir, desbordar los US $100.000 millones, en iniciativas de las personas para las personas y no del absorbente e ineficaz envolvente Estado que despilfarra por ser el dinero de todos y de nadie, simultáneamente. Ustedes no se imaginan en las mencionadas empresas del Ipsa y de la gran mayoría del sector privado, la exigente evaluación que se somete cada proyecto, para interpretar en sentido y sensibilidad del mercado, y siempre expuestas al escrutinio del sí o el no, que se expresa en beneficios o riesgosas pérdidas, lo inverso de la languidez del aparato público.
Y de cara al exterior nuevamente el FMI espera un decente… si algo insuficiente crecimiento de un 3%. Al tratar el Presidente Trump negociar con el mundo vía aranceles no sólo es unilateral, por ser un mecanismo aislado que amaga la inflación e inhibe a la Fed a abaratar el costo del dinero. EE.UU., cuando era una potencia aún más gravitante, buscaba el virtuoso camino de la alianzas proactivas, esencialmente con Europa y sus vecinos de Norteamérica, y este vuelco, donde predomina la animosidad con prepotencia, con descalificaciones y con pretensiones verbales de alterar el mapa geográfico, es la esencia de su narcisismo y la obsesión de declararse ganador de cada evento.
Cuánto se vanaglorió, en el no lejano 2020, de sus acuerdos con Xi Jinping “de la mayor negociación que jamás se recordaría” y el triunfalista acuerdo con Canadá y México, y ahora cuestiona su propios deslucidos acuerdos, con propósitos tan disímiles como el control fronterizo. Chile tiene dos resguardos, un TLC de amplio espectro y un saldo comercial favorable a EE.UU., una fijación mental de Trump. Su inverosímil discernir le está provocando una resistencia tanto del poderoso como extendido establishment interno como la perplejidad y auto defensa de sus países aliados.
Ciertamente, ajustado al título de la columna, el gobierno está superando su estado espasmódico. Y está tomando mayor conciencia del imprescindible rol del sector privado. Ya erradicó su intención programática de subir los impuestos transversalmente, más aún, está dispuesto a reducir el impuesto corporativo a las empresas y alivianando la carga impositiva de las sensibles e imprescindibles pymes. Sumado el haber aislado su dogmatismos de altisonante slogans como No más AFP y accedió legislativamente a aceptar la contribución de las cuentas individuales de los recursos de pensiones y continuar con su gestión privada, sí existió concordancia de someter a las AFP a mayor competencia.
En materia de seguridad se han aprobado leyes que refuerzan la fortaleza de las policías y de un mayor ámbito de las penas a los delincuentes, pese a la inexplicable e irreductible posición del FA y del PC, divorciados de la incierta y angustiosa realidad de las personas, ¿si esto de la delincuencia organizada no es del ámbito de los DD.HH., cuales serían los limites? Aun así, el gobierno ha ganado experiencia práctica y fáctica que les condiciona y obliga a ser una oposición ante un gobierno adverso más responsable y de responsabilidad institucional.
Ya hay indicios de un horizonte de mejoría en los índices que captan la percepción de la gente, de los empresarios y de la infinidad de emprendedores que se refleja en la valorización de las acciones chilenas que se han incrementado en un destacable 10% junto con el fortalecimiento del peso en solo el primer mes del año. Indudablemente, ante la alta posibilidad que Evelyn Matthei alcance la presidencia, que más allá de sus atributos personales, su enriquecedora experiencia que ha fortalecido sus conocimientos y competencias para administrar, conducir y representar a Chile, alejándonos de la improvisación y de la animosidad dogmática que le precede, y al creer en la libre iniciativa, nos da un espacio a todos. (El Líbero)
Rafael Aldunate



