La inmigración es un fenómeno que se ha manifestado con mayor fuerza en el país en los últimos años. Ya cada vez es más común toparse en las calles con la diversidad cultural que entregan al país los representantes de países tan diversos como Colombia, Haití y Venezuela.
Y el incremento en el flujo migratorio hacia Chile también genera fenómenos complejos, como la discriminación. Y en ella se basan algunos mitos, como que los inmigrantes tienen un menor nivel de educación y que vienen a “quitarle” empleos a los locales. Todas presunciones falsas a la luz de las cifras de la Encuesta Casen 2015.
Un infome de Libertad y Desarrollo (LyD), basado en las cifras de la encuesta, da cuenta de que los inmigrantes tienen un nivel de educación y una incidencia en el mercado laboral más alta que los nacionales.
En particular, los inmigrantes poseen en promedio 13 años de escolaridad, un incremento de cuatro décimas respecto de la Casen del 2013, mientras que los no inmigrantes poseen una instrucción que asciende a 11 años promedio, un avance de 3 décimas respecto al sondeo anterior.
Por país de procedencia, Ecuador lidera con 15,3 años promedio de escolaridad, seguido por los ciudadanos provenientes de Norteamérica y Europa. En el polo opuesto, se ubica Bolivia y Perú (ver tabla).
“En la dimensión societal, la Casen 2015 muestra que un 75,7% de los inmigrantes en Chile no se ha sentido discriminado por su condición de extranjero”, recalca el estudio.
En términos económicos, la participación de los inmigrantes en la fuerza laboral es mayor a la de los residentes.
Así, el 71,9% se encuentra ocupado, un 3,1% desocupado y 25% inactivo, mientras que los mismos indicadores para los no migrantes se ubican en 52,8%, 4,10% y 43,2%, respectivamente.
CAMBIOS EN LA COMPOSICIÓN
El informe plantea que la realidad migratoria en Chile “está cambiando”, con un país que se ha constituido en un destino “atractivo” para los migrantes, debido a la estabilidad política y motivos económicos.
Para graficar aquello, destaca una cifra: si en el 2000 el 1% de la población era de origen extranjero, hoy la cifra asciende a 2,7%.
Asimismo, los resultados dan cuenta de un cambio en la composición de los flujos migrantes. Si bien Perú se mantiene como la principal colonia residente en el país, con un 29,9% del total de la población inmigrante, el segundo lugar varió en 2015: Colombia superó a Argentina como la población más importante no natural del país, con un 13,6%, desplazando a la nación vecina al tercer puesto. Bolivia se mantuvo en la cuarta plaza respecto a la Casen 2013, mientras que Ecuador desplazó a España en el quinto lugar (ver tabla).
“El arribo de nuevas comunidades de inmigrantes representa un desafío no sólo institucional, por cuanto el marco regulatorio deviene en extemporáneo y desalineado de los objetivos y prioridades que los tiempos actuales le demanda a un nuevo enfoque de política migratoria. También se trata de un desafío cultural y societal”, señala LyD. (DF)
