Camaleones, bots y silencios: la otra batalla presidencial-Iris Boeninger

Camaleones, bots y silencios: la otra batalla presidencial-Iris Boeninger

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El ataque llevado a cabo contra Evelyn Matthei configura una guerra que cuenta con ejércitos de personas que tratan de imponer narrativas. En este caso, el objetivo era que sus adherentes tomaran distancia porque ella “no estaba en su sano juicio” y se fueran a otro candidato.

Existen métodos para detectar los bots que llevaron a cabo esta difamación. Es un programa informático diseñado para llevar a cabo tareas repetitivas. Se caracterizan por tener pocos seguidores y replicar la misma frase o concepto, simulando el comportamiento humano. Aterrador. Al servicio de personas sin escrúpulos, se transforma en una real amenaza para la sociedad. Si quien lo hace logra que alguno gane la presidencia, ¿por qué no lo utilizaría siendo gobierno?

Como sociedad, debemos rechazar la manipulación de nuestra conciencia a través de estos métodos. La IA conlleva graves riesgos. ¿En quién podemos confiar?

Ojalá esta situación sirva para entender y estar alertas. Estas prácticas transforman la política tradicional, polarizan y erosionan la confianza en las instituciones democráticas.

Por otra parte, al preguntarle la periodista de CNN Mónica Rincón a Arturo Squella, presidente del Partido Republicano, respecto de la posibilidad de que algunos de sus adherentes pudieran haber originado estos videos, respondió: “… de ningún tipo, ellos se atacan solos, es cuestión de ver cómo se torpedean”; “han bajado a un solo dígito y hoy están en los potreros”; “si inscriben a Evelyn Matthei, empezará la procesión hacia nuestro candidato”.

Este tipo de afirmaciones tiene un nivel de agresión que demuestra que quien las hace se siente con derecho a hacerlo. Anuncia la muerte de una candidata… Juega un rol importante tomando a Matthei como adversaria. Juega a lo que el candidato a la presidencia del Partido Republicano dice que no hace, ya que su adversario es el gobierno y la candidata Jara. División de roles…

Así de agresiva está la campaña. Que se aclare todo esto, ojalá sea posible para evitar acusaciones que no corresponden.

Al hacerse todo esto público, aparecieron una cantidad de disculpas en las redes: Ignacio Walker que había dicho que a Matthei “se le arranca la moto”. Patético. El alcalde republicano, Leandro Kustmann, se disculpó por haber posteado: “No es Alzheimer es locura temporal”.

No es lo que le hace bien a Chile.

No es lo que le hace bien a las mujeres, cuando se ataca a otra mujer de esta forma.

No es lo que le hace bien a la sociedad en su conjunto.

Por otra parte, los camuflajes en política buscan alejar al candidato o candidata de su esencia, que le restaría votos. Esto no es honesto con el votante.

La candidata comunista Jeannette Jara, ganadora de la primaria oficialista que representa al actual gobierno y su continuidad, con apoyos algo tibios de algunos partidos del socialismo democrático, busca tomar distancia de su esencia marxista-leninista, camuflándose de “centroizquierda”. El ex jefe programático Fernando Carmona lo dijo clarito: “Llevamos años trabajando para lograr este resultado. Es un trabajo que hemos hecho en el marco de nuestras normas leninistas de organización y bajo las bases teóricas que nos sustentan siempre”. De inmediato, la candidata Jara aclaró que no tiene previsto sumarlo a su comando. El camaleón gana la batalla, para parecer ser lo que no es.

Jara es la continuidad del gobierno, obviamente apoyada por el Frente Amplio, cuyo secretario ejecutivo, Simón Ramírez, en un análisis del resultado de las primarias presidenciales, publicado en BioBioChile, señala que su derrota solo fue un tropiezo táctico y que la estrategia se mantiene inalterable. Consideran que el estallido social fue la máxima expresión del conflicto pueblo-élite como conflicto central de la sociedad. Concluye: “Si hay algo que es claro es que, en ese escenario político y social actual, en el que los problemas de distancia entre política y sociedad siguen vigentes, en que la concentración de la riqueza y la desigualdad siguen siendo obscena y donde un puñado de oligarcas insisten en querer hacer de este país algo más parecido a un negocio personal que a una república democrática, el proyecto político del Frente Amplio no solo está vigente, sino que sigue siendo necesario”.

En estos casi cuatro años, poco hicieron. Al parecer, el triunfo del 62 por ciento de rechazo a su proyecto identitario -porcentaje de rechazo que se mantiene hacia el actual gobierno- no lo registran.

Otros candidatos simplemente se escudan en el silencio de los temas que los complican. Ante una pregunta molesta, quien contesta siempre lo mismo: “si ya saben cómo pienso”. No todos saben.

Otra técnica camaleónica que busca una especie de camuflaje cromático para ampliar su base de votantes.

En la política camaleónica, lo más sucio, oscuro y pesado es tan liviano como una pelusa, para que no se vea.

No se muestra la verdadera cara de quien pretende ser presidente de la República.

George Orwell decía: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».

Bienvenida sería esa revolución en estos tiempos electorales. (El Líbero)

Iris Boeninger