Aunque muchos coinciden en que se ve difícil llegar a la gratuidad universal en la educación superior en el corto plazo, considerando los requisitos económicos que impone el proyecto de ley, pocos se atreven a entregar una fecha en que esto se podría cumplir.
Según indica el proyecto, a partir del año siguiente a aquel en que se verifique que la recaudación fiscal representa al menos un 29,5% del PIB tendencial del país, se entregará gratuidad a todos los estudiantes. De acuerdo a un cálculo realizado por el diario Pulso, que consideró ese requisito, más los supuestos fiscales actuales, la gratuidad universal se lograría recién en 20 años más: en 2036. Para realizar este ejercicio, se tomó en cuenta que los ingresos proyectados para 2016 (según el Informe de Finanzas Públicas de 2015) corresponderán al 21,9% del PIB tendencial y que tendrían un alza de 5,8% en 2017 y 2018; y 5,3% en 2019.
Mientras, el PIB tendencial crecería (según lo calculado por los expertos convocados por Hacienda el año pasado) 3,6% en 2017 y 3,7% a partir de 2018. Considerando que todos esos supuestos se mantienen en el tiempo, la publicación sostiene que recién en el año 2020 los ingresos llegarían a 23,6% del PIB tendencial, activando la gratuidad para los alumnos del séptimo decil dos años después –como establece el proyecto de ley–. En el año 2023 los ingresos alcanzarían el 24,8% (llegando al octavo decil dos años después); en 2027 el 26,5% (para cubrir los nueve primeros deciles en 2029). Y en 2034, finalmente los ingresos llegarían al 29,7%, con lo que se completa la cobertura en 2036. De todas formas, el medio aclara que esos cálculos son optimistas, ya que expertos señalan que las proyecciones podrían variar y tardar aún más tiempo en llegar al escenario económico que establece el proyecto de ley.
Emol/La Tercera
