Y es que siguiendo con disciplina un guion bien urdido, repiten que “hoy estamos mejor que hace dos años” y que han logrado “normalizar al país” luego de la desestabilización que, paradojalmente, ellos mismos provocaron. El relato de la actual administración no calza ni con las cifras, ni con los hechos, ni con las evaluaciones que hace la ciudadanía. Vamos a ver por qué.
Una reciente encuesta de la USS muestra que el 63% de los chilenos considera que el país está peor que antes de que el Presidente Boric asumiera, y el 46% sindica a la crisis de seguridad pública como lo más grave del período. Las percepciones de las personas coinciden con las irrefutables cifras: los delitos violentos son los más altos desde que se tienen registros comparables, superando los 194 mil en 2023, un 54% más que en 2021. La inmigración ilegal creció, llegando a 84 mil personas entre 2022 y 2023, cifra que supera la suma de los cuatro años anteriores. Para hacer frente a este problema, la coalición gobernante ha tenido que aprobar a contrapelo una serie de leyes a las que se opusieron tenazmente cuando eran oposición.
En materia económica, la ministra vocera señaló que “lograron bajar la inflación, como se habían comprometido”, con lo cual nos notifica que el Banco Central depende ahora del Ejecutivo. Insólito. Solo recordemos que el gran responsable del 12,8% de inflación que tuvimos el 2022 fueron los retiros de los fondos previsionales, impulsados por quienes hoy gobiernan. Y, ojo, la inflación ha sido más porfiada de lo esperado, acumulando en solo dos meses un 1,3%, lo que hace prever que el recorte de tasas será más gradual de lo esperado, lo que seguirá golpeando la actividad.
En paralelo, señalan que lograron normalizar la política fiscal con el mayor ajuste del que se tenga registro. Como la memoria es frágil, es bueno consignar para la historia que dicho ajuste fiscal se produjo en el Presupuesto de la Nación 2022, es decir, aquel elaborado por el Presidente Piñera y aprobado por el Congreso de la República.
El Presidente, por su parte, ha señalado que el país volvió a crecer. Pero la verdad es que tuvimos un año 2023 en cero mientras el mundo creció un 3%. Al mismo tiempo, la expansión del PIB per cápita de 0,4% es la peor desde el retorno a la democracia y si las cosas siguen así, el Presidente Boric pasará a la historia con el peor rendimiento de la economía en el período. En materia de empleo, hoy tenemos un 8,4% de desocupación, totalizando más de 854 mil personas sin empleo, 2,5 millones de informales y un déficit de empleos de 400 mil personas que simplemente perdieron la esperanza de encontrar trabajo.
Esto sin contar la crisis de la salud y las listas de espera que siguen al alza y superan los 2,4 millones de personas, o el descalabro en la educación pública, fruto de una mala reforma que se olvidó de los niños.
Finalmente, el esfuerzo legislativo de la administración ha estado puesto en dos reformas ideológicas, diseñadas para terminar con las AFP y controlar el mercado de capitales, que terminarán socavando más nuestra economía, si es que se suben los impuestos y se introduce reparto en el sistema de pensiones.
El tiempo pasa lento para quienes sufren las consecuencias de estos malos resultados. Queda aún un largo segundo tiempo y el Gobierno debe tomar una decisión: o continúa a contracorriente tratando de implementar lo que queda de su programa, como la condonación del CAE, o asume de una vez por todas la derrota práctica e ideológica que le ha sido infligida por la fuerza de los hechos y la praxis de ejercer el poder. Este segundo camino implicaría tomar el crecimiento económico y la creación de empleos formales como prioridad, avanzar en una decidida agenda contra el crimen organizado y el narcotráfico, evitar el colapso del sistema de salud y allanarse en sus reformas a lograr un pacto fiscal muy acotado y ceder ante la evidencia para fortalecer la capitalización individual con el fin de mejorar las pensiones futuras.
Si el Gobierno lograra asumir esta agenda, consolidaría su derrota ideológica, pero sería en beneficio de los chilenos. Si no lo hace, pues bien, como dijo la expresidenta Bachelet, cada día puede ser peor. (El Mercurio)
Alejandro Weber
Decano Economía y Gobierno USS



