Brasil: defensoría confirma que muertos por operativo policial suben a 132

Brasil: defensoría confirma que muertos por operativo policial suben a 132

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Una operación policial a gran escala en los barrios de Penha y Alemao se ha convertido en la más letal de la historia del estado de Río de Janeiro, con un saldo confirmado de al menos 132 personas fallecidas. La Defensoría Pública de Río de Janeiro confirmó la cifra, la cual supera la masacre de la cárcel de Carandiru en Sao Paulo, de 1992, un símbolo de la violencia policial en Brasil que dejó 111 reclusos muertos.

Horas después del megaoperativo, que fue calificado como «histórico» por el gobernador del estado, Cláudio Castro, los vecinos de Penha encontraron decenas de cadáveres, sumando al menos 72 hombres hasta el momento. Los cuerpos fueron acumulados en la Plaza Sao Lucas, donde los residentes debieron desvestirlos para facilitar el reconocimiento a los familiares.

El activista Raull Santiago, conmocionado por la brutalidad, declaró al portal G1: «En 36 de favela, después de varias operaciones, nunca he visto nada parecido. Es algo nuevo, de una brutalidad y violencia de un nivel desconocido».

BALANCE DEL MEGAOPERATIVO

El megaoperativo del martes involucró a cerca de 2.500 agentes y se dirigió al Comando Vermelho, una de las principales organizaciones criminales de Brasil, que domina más de la mitad de las áreas controladas por la delincuencia en la región metropolitana de Río de Janeiro.

El objetivo principal de la acción era realizar decenas de detenciones, incluyendo la de uno de sus líderes, Thiago do Nascimento Mendes, alias ‘Belao do Qutungo’.

El balance final de la sangrienta operación arroja al menos 132 fallecidos; cuatro policías muertos durante el operativo, más de 80 detenidos, incluyendo al líder ‘Belao do Qutungo’; varios heridos, entre ellos personas ajenas a los objetivos e incautación de una treintena de fusiles de guerra y otras armas de menor calibre.

La Policía informó que los agentes fueron recibidos con bombas lanzadas por drones, lo que marcó la intensidad del enfrentamiento.

REACCIONES: DESDE ONU A LULA

La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos lanzó un llamado urgente al Gobierno de Brasil, reclamando una «reforma integral y eficaz» de los métodos de la Policía tras el cruento megaoperativo de este martes en Río de Janeiro. La operación contra la organización criminal Comando Vermelho en las favelas de Penha y Alemão dejó un saldo de al menos 132 muertos, convirtiéndose en la acción policial más letal en la historia del estado, superando la masacre de Carandiru de 1992.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó su alarma por la alta letalidad de la operación, destacando que las numerosas muertes «afectan de manera desproporcionada a personas negras». Türk señaló que la violencia policial en Brasil se ha «normalizado» durante décadas.

El Alto Comisionado instó a las autoridades a poner fin al «ciclo de brutalidad extrema» y garantizar que las operaciones de seguridad pública se alineen con los patrones internacionales sobre el uso de la fuerza. Específicamente, demandó que la fuerza letal solo se utilice cuando sea «estrictamente necesaria para proteger vidas o evitar daños graves».

La ONU apuntó directamente a la necesidad de que las autoridades brasileñas aborden el «racismo sistémico» que padecen las personas negras. Según cifras de Naciones Unidas, las muertes a manos de la Policía en Brasil no solo son generalizadas, sino que se cometen de manera sistemática, estimándose en cerca de 5.000 muertes anuales, principalmente de jóvenes negros en zonas empobrecidas. Türk fue enfático: «Estas violaciones no pueden quedar impunes».

La declaración de Türk se produjo mientras los balances de víctimas seguían en aumento. La Defensoría Pública de Río de Janeiro confirmó el saldo de 132 fallecidos, aunque el Gobierno local maneja la cifra ligeramente inferior de 121. La magnitud del evento fue descrita como un «nivel desconocido» de brutalidad por el activista Raull Santiago.

La crudeza del operativo fue evidenciada por los propios vecinos, quienes pasaron el miércoles encontrando cadáveres y acumulándolos en la Plaza São Lucas, donde los desvistieron para facilitar el reconocimiento a los familiares.

A nivel federal, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se encuentra «horrorizado» por lo ocurrido, según confirmó el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski.

Sin embargo, en un intento por desmarcarse del sangriento resultado, el director de la Policía Federal, Andrei Rodrigues, informó que su cuerpo decidió no participar en la operación, al considerar que su desarrollo «no era razonable» y que no existía una comunicación formal que justificara su intervención. Lewandowski aclaró además que el presidente Lula no abordó la posibilidad de decretar una Garantía de Ley y Orden (GLO), la figura legal que permitiría el despliegue de las Fuerzas Armadas. (NP-Gemini-La Tercera Agencias)