La cobia adulta puede llegar a medir dos metros.
En abril del año pasado, Ecuador celebraba la apertura del primer criadero de peces cobia del país, ubicado en Jaramijó, en la provincia de Manabí. Cuatro meses después, se registró una fuga de ejemplares y hoy son motivo de una alerta científica en Colombia y Panamá.
Y no es para menos: la cobia (Rachycentron canadum) es un pez muy apetecido pero también un depredador voraz de hasta dos metros de largo y 80 kilos de peso que se alimenta de crustáceos, calamares y de otros peces como las corvinas.
Pero la especie habitaba en todos los océanos del mundo, excepto en el Pacífico Central y Oriental.
Hasta ahora.
La fuga del depredador
La fuga de las cobias se produjo en agosto, cuando una cantidad no especificada de ejemplares juveniles escapó de sus jaulas, ubicadas a 16 kilómetros de la costa ecuatoriana.
Un comunicado publicado en octubre por el Ministerio del Ambiente de Ecuador destacó el «avanzado deterioro y falta de mantenimiento en las jaulas contenedoras» del emprendimiento privado que criaba a las cobias.
Desde entonces, pescadores de Jaramijó y otros cinco puertos de Manabí han capturado varios ejemplares, informó dicho ministerio.
Y según declaraciones de la Federación de Organizaciones Pesqueras y Análogas del Ecuador a la prensa local, para esa fecha los pescadores artesanales ya estaban registrando una baja en la faena por culpa de este pez depredador.