A propósito de libertades-Iris Boeninger

A propósito de libertades-Iris Boeninger

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Votar es un ejercicio de libertad. Decirle la verdad al ciudadano es una responsabilidad del candidato para el buen ejercicio de la misma.

La decisión de hacer una campaña limpia es, en sí misma, una expresión de libertad responsable. En los últimos días hemos visto el uso malintencionado de recortes de entrevistas para ridiculizar a Evelyn Matthei , buscando instalar la idea de que no está en plenas facultades. Este tipo de prácticas no solo empobrecen el debate democrático, sino que representan una degradación ética preocupante.

Quienes están detrás de estas manipulaciones deberían abstenerse de seguir por ese camino. ¿O acaso, si llegasen al poder, utilizarían las mismas herramientas para borrar sus propios errores y moldear la realidad a conveniencia?

Como advirtió Benjamin Constant: “La libertad no puede subsistir sin moralidad, ni la moralidad sin fe”. La política requiere libertad, pero también coraje y responsabilidad. Especialmente cuando nadie nos obliga a hacer lo correcto, y aún así decidimos hacerlo.

Chile se encuentra en pleno proceso electoral parlamentario y presidencial.

Es clave la claridad por parte de quienes buscan asumir la próxima presidencia en ciertos conceptos relacionados con las libertades individuales para que el ciudadano pueda elegir conociendo profundamente lo que hará con su voto y a quien le entregará su confianza.

Al mirar hacia el espectro opositor, el concepto de libertad del individuo juega asimismo un rol en la campaña y en lo que se le promete a la gente.

En esta elección, el concepto de libertad aparece como un “bien” propuesto por libertarios y otros cercanos, en un modelo en que el mercado lo resuelve todo, achicando el Estado a su mínima expresión, limitado a funciones como seguridad y justicia, dejando al mercado y a la responsabilidad individual el resto de las decisiones. La paradoja es que esto no es posible ya que los ciudadanos requieren cuidados que el mercado no puede brindarle. La libertad se ve solo acotada a aquellos que pueden y tienen. ¿Se puede dejar una parte de la población sin apoyo? No.

Por otra parte, en candidatos opositores más conservadores poco se habla de las libertades e igualdad de la mujer, de la libertad de contraer matrimonio civil para todos por igual, o de la libertad que otorga a un país el ejercicio del diálogo con vocación de acuerdo. Un buen ejemplo de esto fue el fracaso en el segundo proceso constituyente de diciembre de 2023.

David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, advirtió en una entrevista con El País que parte de la agenda propuesta por Jara podría tener consecuencias adversas para el empleo. Señaló que un alza del salario mínimo, si no se acompaña de un incremento en la productividad, podría afectar especialmente a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que concentran el 64% del empleo asalariado privado y constituyen el 98 % de las empresas en Chile. Bravo dijo: “Elevar el salario parece una medida positiva, pero en la práctica ese mayor costo se traduce en pérdida de empleos. Estas propuestas son una fórmula para el estancamiento del mercado laboral”.

En esta propuesta antagónica, ciertas libertades corren el riesgo de perderse -visto el modelo de desarrollo de la candidata Jeannette Jara-, en el que el Estado tomaría un rol protagónico para influir en cuánto se gana, qué se produce, quién lo produce, qué se consume, cómo se educa -creciendo el Estado a costa de mayores impuestos a los ciudadanos-. Es lo que han buscado en estos últimos años. La fórmula “más impuestos, más gasto”, con promesas de aumento de salarios para incentivar el consumo, llevaría a inflación sin crecimiento y a una caída en el empleo. Aumentaría además sustancialmente la economía informal porque las pequeñas empresas van a ser incapaces de cumplir con el aumento de salarios masivo y con una inferior productividad producto de las cuarenta horas.

Esto funciona así en la órbita de los países comunistas.

Algunos opinan que no se debe hacer una campaña anticomunista en esta elección; sin embargo, es mejor tener clara la experiencia de esos países que podría -de triunfar Jara- aplicarse en Chile: no hay país comunista donde se progrese y se respeten libertades esenciales como las que hoy necesitan los ciudadanos.

Señora Jeannette Jara: hable de las libertades, del rol del Estado, de su programa económico y de cómo solventará los sueldos que promete.

Se requiere coraje, valentía y búsqueda de acuerdos y mínimos comunes para enfrentar a esta candidata. Por el bien de Chile .

Señores que tratan de ser candidatos sin experiencia de gobierno, que hacen cola en el Servel buscando firmas para “servir” a Chile: ¿contarán con las capacidades y la experiencia para que los ciudadanos recuperen lo perdido en estos últimos diez años?

Señores de la oposición: ¿han pensado en el riesgo que se corre si gana Jara en materia de empleo e inflación? ¿Han pensado que serán ustedes los responsables de tener un Parlamento donde las mayorías —tal como se vislumbra el panorama electoral— sean del actual oficialismo?

La responsabilidad indica que retos colectivos como la inseguridad, la violencia, la falta de empleo, la mala calidad de la educación, el difícil acceso a la vivienda propia y a una atención de salud oportuna y de calidad constituyen libertades esenciales en riesgo y declinación, que se deben recuperar.

¿Es acaso libre quien no puede educarse? ¿O quien muere en una lista de espera? ¿O quien no tiene lo suficiente para defenderse de la delincuencia ?

Sabemos acaso profundamente, ¿qué es la libertad o la falta de ella? ¿Y cómo nos afecta en la vida cotidiana?

Los 30 años denostados por Apruebo Dignidad -incluyendo a la candidata Jara- y por una derecha no dialogante, constituyeron la época de mayor desarrollo para Chile. Se caracterizó por el diálogo y la búsqueda de acuerdos de quienes tuvieron la vocación y la necesaria flexibilidad.

En el escenario actual de candidatos, la derecha no conservadora junto al centro político, con vocación de diálogo y acuerdo , con capacidad de formar equipos transversales es lo que permitirá darle gobernabilidad a Chile. Supieron hacerlo durante los mejores 30 años. Esto encarna la mejor conjunción para gobernar, administrando las libertades que deben estar presentes, junto a quienes ya han gobernado antes y han logrado el desarrollo de Chile, en equipo y unidad. Es Matthei quien lidera esta posibilidad.

Es una oportunidad histórica. Si se pierde con Jara en una segunda vuelta, caerá el peso de la responsabilidad de las decisiones sobre quienes se negaron a un acuerdo y a un gran pacto.

Nadie es perfecto en política, pero la diferencia está en quiénes privilegian el bien común sobre los intereses propios.

Hoy se necesita coherencia y sentido de responsabilidad. (El Líbero)

Iris Boeninger