Discriminación arbitraria

Discriminación arbitraria

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EL 13 DE ENERO la capital fue remecida por un hecho inédito. El presidente del directorio de Codelco, Óscar Landerretche, recibió en su casa un paquete bomba, ataque que se atribuyó un grupo eco terrorista. Un hecho inaceptable, que cambia el paradigma de las acciones conocidas; por suerte, no hubo víctimas que lamentar. Claramente, un acto terrorista, que merece absoluta condena y repudio, como observamos de las máximas autoridades del país. Del ministro del Interior (s), Mahmud Aleuy, quien acudió de inmediato al lugar, acompañado de fiscales y altos mandos policiales. Del ministro titular, Mario Fernández, quien suspendió sus vacaciones. Sin duda, un acto terrorista, calificado así por la fiscalía y el gobierno, que presentó querella por delito terrorista.

Lamentablemente, un hecho que ocurrió 48 horas después, a 636 km de la capital, no tuvo la misma consideración.

En el fundo Santa Clarisa, en Cañete, un grupo de desconocidos realizó un cruento ataque incendiario. Dos casas, una bodega y una camioneta resultaron totalmente quemadas y, lo más lamentable, murió calcinado su cuidador, Jorge Retamal. Se encontró un panfleto que advertía que “si no fue a la buena, será por las malas. Entreguen nuestras tierras, nos pertenecen”. La reacción de la autoridad fue muy distinta. No hubo visitas de las autoridades, ni fiscales regionales ni altos mandos policiales. El Subsecretario del Interior consideró que, por ahora, se trata de un delito común e ingresó una querella por incendio con consecuencia de muerte.

¿Alguien puede explicar por qué uno se puede calificar de acto terrorista y el otro no?

Se trata de una discriminación inaceptable, que plantea la existencia de un trato desigual a las personas en nuestro país. Uno para lo que ocurre en Santiago y otro para lo que pasa en las regiones azotadas hace ya demasiado tiempo por la violencia terrorista rural. Uno para víctimas autoridades y otro para ciudadanos comunes. ¿Delitos comunes? ¡Qué mala suerte la de esta zona donde estos “curiosos” delincuentes comunes salen casi todos los días a quemar propiedades e incluso personas y no les interesa robar nada! Solo dejar panfletos reinvidicatorios sobre la misma causa…

El terrorismo es un enemigo poderoso, no admite ambigüedades ni intentos de bajarle el perfil a casos como la muerte de Jorge Retamal, que tanto nos recuerda el dramático asesinato del matrimonio Luchsinger-Mackay. Con estas actitudes, no lloremos después sobre la leche derramada. Una de sus victorias iniciales es que no lo reconozcan como tal y las autoridades sean débiles en combatirlo.
Se necesita una actitud distinta, sin debilidad ni medias tintas, sin complejos, ni tratos desiguales. Como lo hizo el ex Presidente Piñera al ir a Cañete y, junto a la familia de Jorge Retamal, llamar las cosas por su nombre. El futuro gobierno va a tener que cambiar radicalmente la forma de afrontar el terrorismo.
Y, de cara a la campaña, que no vengan a levantar discursos grandilocuentes sobre la descentralización, la no discriminación y la igualdad de trato. Eso hay que demostrarlo con hechos. Por ejemplo, así como vimos en Twitter el inmediato apoyo del precandidato de la NM, Alejandro Guillier, al presidente del directorio de Codelco y su condena por lo ocurrido -como corresponde-, luego escuchamos fuerte su absoluto silencio sobre el atentado en Cañete. (La Tercera)

Andrés Chadwick

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