La UDI de siempre

La UDI de siempre

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Jacqueline van Rysselberghe es la nueva presidente de la UDI, su triunfo es inapelable: sesenta y dos por ciento de los votos sobre un universo que rondó los siete mil electores, es una victoria que no puede achacarse a la “máquina”, sino a la fiel voluntad de sus militantes. ¿Qué significa este triunfo? Hay varias reflexiones posibles.

La elección se planteó en un eje que confrontaba el liderazgo tradicional con el de los jóvenes. La senadora fue apoyada prácticamente por todas las figuras históricas y, en ese sentido, la conclusión es clara: esos dirigentes siguen siendo quienes convocan e interpretan al grueso de la dirigencia y la militancia.

La disputa también se entendió como una reafirmación del carácter conservador del partido. Estaba instalado que una candidatura reafirmaba las posturas valóricas como punto central del proyecto y la otra significaba moverse a mayor diversidad. La opción conservadora ganó.
La otra definición tuvo que ver con el eje pasado/futuro y no lo planteo en sentido peyorativo, pues la senadora Van Rysselberghe puso el acento en un discurso positivamente reivindicativo, en volver a la UDI de siempre, a sus valores tradicionales. Bellolio, en cambio, miró los desafíos del futuro, en los adversarios de izquierda que se enfrentarán y también en los movimientos de derecha emergentes con los que la UDI disputará su espacio. A los militantes les hizo más sentido la UDI de siempre que la UDI del futuro. A estas alturas ese es un dato.

¿Es una buena elección para la UDI? En muchos sentidos sí. Llevó adelante un proceso participativo con una competencia real y muy fuerte. Recordemos que tradicionalmente una de las mayores críticas que se hacían al partido de calle Suecia era la manera cerrada en que tomaba sus decisiones, esta elección significa un cambio enorme en su cultura, en la manera de hacer política en su interior, que va a impulsar a todos sus dirigentes a un trabajo permanente de contacto con sus militantes. Que haya votado el diez por ciento del padrón es un buen resultado para la primera elección, pero hacia el futuro ese número tiene que subir considerablemente.

Que su presidente sea mujer y de una región es una gran oportunidad para perfilar atributos valiosos, particularmente en un partido de derecha. Especialmente en el carácter regional de su nueva presidente, la UDI puede construir un discurso muy potente y de gran profundidad ideológica.

Cualquier análisis que ponga las cosas en perspectiva debiera reconocer que hace menos de dos años se hablaba de la desaparición de la UDI, de las alternativas de nuevos nombres y del horror a un desfonde electoral. Nada de eso ocurrió. Las elecciones municipales le dieron un buen resultado y este proceso electoral la coloca nuevamente en una posición de indiscutible vitalidad.

¿Y qué pasa con Bellolio y los jóvenes? En lo personal, yo esperaba que con el universo electoral que concurrió a votar el resultado fuera más estrecho, pero no fue así. La UDI ha perdido capacidad de convocatoria en las universidades y temo que los jóvenes, que se alinearon mayoritariamente con Bellolio, se sientan derrotados y sin espacio para competir con los liderazgos equivalentes de otros partidos. Este es un gran punto que la nueva directiva tiene que abordar. Porque un partido que no convoca jóvenes valiosos no tiene futuro.

A la nueva presidente: felicitaciones. A Jaime Bellolio: la vieja frase de Churchill, “en política ninguna victoria es final y ninguna derrota es definitiva”. (La Tercera)

Gonzalo Cordero

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