«¿Facilitadores líderes? ¿Qué tienen que «facilitar» estos sujetos, que son 162 del total? Deben, dice la convocatoria, coordinar y ejecutar el proceso de los diálogos locales. O sea, se considera a los ciudadanos tan ineptos, y a sus organizaciones locales tan prescindibles…»
El creciente deterioro del sentido de ridículo ha llevado a la coalición gobernante a extremos penosos.
Si solo fuera para la risa, bastaría con Kramer, pero algunas cosas son tan tristes que la inicial sonrisa perpleja deja paso a un justificado lamento.
Uno de los últimos y más grotescos ejemplos de esta tendencia es el inicio de las postulaciones en el Servicio Civil para el proceso de selección de… «facilitadores líderes», «especialistas en sistematización de diálogos», «coordinadores territoriales» y «especialistas legales», todo vinculado al invento de los «cabildos ciudadanos». Por cierto, en el diseño de este proceso de selección ha participado el «Consejo ciudadano de observadores».
En total se trata de 216 individuos que serán contratados a un costo de cerca de 600 millones de pesos, a los que habrá que agregar quizás cuánta plata más -ya aprobada- para la logística del proceso.
¿Facilitadores líderes? ¿Qué tienen que «facilitar» estos sujetos, que son 162 del total? Deben, dice la convocatoria, coordinar y ejecutar el proceso de los diálogos locales. O sea, se considera a los ciudadanos tan ineptos, y a sus organizaciones locales tan prescindibles, que tienen que ir unos sujetos con unas licenciaturas universitarias a enseñarles a pensar y a hablar.
¿Especialistas en sistematización de diálogos? ¿Qué tienen que sistematizar estos tipos, que son algunos de los 54 que trabajarán a nivel central? Deben, dice la convocatoria, ejecutar, mantener y controlar los registros de las distintas actividades relacionadas al proceso, o sea, se les va a encargar a sujetos con título profesional o técnico que hagan el trabajo de una buena secretaria: pasar información a una planilla Excel.
¿Coordinadores territoriales? Se nos dice que deberán -notable- «liderar la coordinación», o sea, son los tipos clave, los que escribirán lo que les indiquen otros individuos que nunca aparecerán en el proceso y que les entregarán redactadas las conclusiones: en estas cosas, el Gobierno sabe poner la carreta delante de los bueyes y no se achica.
¿Especialistas legales? Les corresponderá «asesorar en las materias atingentes al proceso constituyente, siendo soporte técnico para el equipo territorial en los ámbitos de su competencia». Todo falso y grotesco: justamente porque no existe legalmente «el proceso constituyente», mal puede haber «tareas en el ámbito de su competencia»: tampoco existe esa competencia. Pero, igual, un grupete de jóvenes abogados hará en el vacío legal una tarea de llenado ideológico.
¿Consejo de ciudadanos observadores? La convocatoria a este concurso se hizo con el acuerdo del Consejo (dejaron de observar, para entrar a decidir) y, más notable aún, los «observadores» seguirán tomando decisiones, porque tendrán dos miembros en la comisión que calificará los candidatos y serán tres de sus integrantes, Zapata a la cabeza por cierto, quienes resolverán las designaciones. ¿Cómo van a poder observar después con imparcialidad el trabajo de sujetos a los que escogieron ellos mismos y que no van a ser sus subordinados? Curioso ojo el que tendrán que volver hacia el interior de sí mismos.
¿Y qué sector tiene la mayoría abrumadora en el dichoso Consejo?
Pero falta más.


