El costo de un mal menor-Andrés Chadwick

El costo de un mal menor-Andrés Chadwick

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En las últimas semanas, quizás más que nunca, la valoración y comprensión de lo que significa un buen gobierno ha ido aumentando y el principal factor es lo que está ocurriendo con las políticas públicas que empuja el Gobierno y sus promesas electorales desmedidas.

Todos los organismos internacionales han reducido las proyecciones de crecimiento del país y se habla de 2% y que el 2016 seguirá con muy poco dinamismo y eso, a diferencia de lo que el gobierno de la Presidenta Bachelet cree, no es gratis. En simple, tenemos menos recursos y podemos hacer menos cosas.

La gestión deplorable de la salud pública y el desorden en la tramitación de la reforma educacional, son el crudo reflejo de que el Gobierno actual está siendo un mal gobierno y las autoridades de La Moneda parecen no acusar el golpe para revertir el daño que están provocando.

En salud la crisis es cada vez más aguda: la deuda hospitalaria es la más abultada en la historia; el déficit de especialistas no lo resuelven; las listas de espera se dispararon en las enfermedades AUGE y en enfermedades NO AUGE son 1 millón 600 mil personas las que esperan un llamado para resolver sus problemas; del total para inversión en infraestructura, con el presupuesto más grande en la historia de Chile, ¡Al mes de septiembre sólo han ejecutado el 22%! Es decir, han tenido los recursos y no han tenido la capacidad técnica para usarlos.

Como si fuera poco, desde marzo de 2014 han presentado cinco cronogramas distintos para la entrega de hospitales que se construirán antes del próximo gobierno y lo que está claro es que nada está claro. Lo último que conocemos es que de 20 hospitales comprometidos se construirán sólo 14 y cumpliendo sólo con el 10% de las camas aseguradas. El resto, al parecer se lo llevará el viento de las promesas electorales. Como señaló con amargura el senador Lagos Weber, “aquí se quiebra la fe pública, en un año en que se ha caído todo”.

El proyecto “estrella” del Gobierno, educación superior gratuita para todos, es un desorden completo. De las palabras bonitas de la Presidenta Bachelet en su campaña, hoy estamos frente a una propuesta en que quedan fuera del beneficio más de la mitad de los estudiantes del 50% más vulnerable y siete regiones de Chile no tienen planteles con alumnos favorecidos. En este caso, son los propios rectores del CRUCH quienes expresan su “inquietud y molestia” porque a estas alturas de noviembre, la gratuidad sólo queda escrita en una mera glosa presupuestaria que dura un año. Y eso que estamos hablando de la principal promesa de la campaña presidencial de Michelle Bachelet.

Gobernar bien es solucionar los problemas reales de la gente, sin ideologismos ni menos populismos. Con el paso de los meses y años, se empieza a comparar y así se entiende cada día mejor el valor de hacer bien las cosas y el costo que tiene para el país y las personas cuando no hay un buen Gobierno.

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