El estallido social de 2019 se produjo por un «mal diagnóstico» de la élite política chilena, según el analista Kenneth Bunker, autor de la investigación Chile’s Transformation Amidst Crisis: The Theseus Paradox. Bunker sostiene que la idea de que el modelo económico debía ser reemplazado carecía de sustento en la evidencia, ya que el modelo había sido «bastante bueno» para Chile en general. A este diagnóstico equivocado se sumó la fragmentación del sistema de partidos desde 2010, la erosión de los vínculos entre votantes y partidos, y el auge de la retórica rupturista.
El analista afirma que el estallido, que originalmente no era una protesta contra la Constitución, fue hábilmente transformado en una protesta política que derivó en el proceso constituyente. Bunker esgrimió que la mejor prueba de que ni el modelo ni la Constitución eran el problema son los resultados de los plebiscitos, que ratificaron dos veces la Constitución de 1980. Respecto a la naturaleza del fenómeno, Bunker concluye que el estallido fue «trágico y una farsa», trágico porque se perdió mucho tiempo en una ruta de desarrollo que estaba funcionando, y una farsa porque «nadie ganó», con el Partido Comunista incluso terminando por pedir el voto a favor del texto de la Constitución de Pinochet.
Bunker advirtió que el «octubrismo» —entendido como una forma violenta de hacer política que logra resultados— está latente y se despertará en cualquier momento, especialmente contra un eventual gobierno de José Antonio Kast. Para el analista, el octubrismo «no está erradicado de ninguna manera» y busca tomarse el poder «por la forma que sea posible».
Sobre el rol del Presidente Gabriel Boric, Bunker sostuvo que tuvo una dualidad, siendo «octubrista cuando le convenía» y «noviembrista cuando le convino también». Acusó que Boric, como diputado, ayudó a deslegitimar el Estado y al gobierno de Piñera, pero que cuando el gobierno se debilitó, firmó el Acuerdo del 15 de Noviembre y terminó ganando. El Frente Amplio en general fue, y probablemente sigue siendo, octubrista, legitimando la violencia y el estallido como medio para el cambio constitucional.
Bunker lamentó que si el Presidente Boric hubiese sido siempre institucionalista, habría hecho más para restaurar el orden al llegar al poder, lo que habría resultado en un país y un gobierno muy distinto. El analista responsabilizó al estallido social de provocar o acentuar la crisis económica, señalando que todas las cifras empeoraron en educación, inflación, salud y crecimiento. Aseguró que la crisis de seguridad pública deriva de la deslegitimación de las instituciones del orden apoyada por Boric y el Frente Amplio, y que el no haber restaurado el orden explica la mejor votación histórica de la derecha y la más baja de la izquierda en el último siglo. (NP-Gemini-Ex Ante)
