El 14 de diciembre a la luz del 16 de noviembre

El 14 de diciembre a la luz del 16 de noviembre

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Apenas 378.898 votos (2,9 puntos porcentuales) de ventaja consiguió Jeannette Jara (26,85%) sobre su contendor en segunda vuelta, José Antonio Kast (23,92%), que a su vez estuvo sólo a 545.068 votos (4,21 puntos) de quien arribó en tercer lugar, Franco Parisi. En 2021 también Parisi llegó tercero, pero a 13 puntos del segundo (Gabriel Boric) y los candidatos que pasaron a segunda vuelta concentraron 53,73% del total de los votos.

En 2025 las candidaturas que disputarán La Moneda el 14 de diciembre sumaron apenas 50,77% de la votación. A leguas de distancia de 1999, cuando Lagos y Lavín concentraron 95,47% de los votos, y muy lejos de 2005, cuando Bachelet y Piñera sumaron 71,37%, también de 2009, cuando Piñera y Frei concentraron 73,66%, o de 2013, elección en la que Bachelet y Matthei sumaron 71,73% de los votos válidos. En 2017 la votación de los candidatos que pasaron a segunda vuelta (Piñera y Guillier) había descendido a 59,34%, anunciando la fragmentación de las dos elecciones que le siguieron.

Si en 2021 la primera vuelta fue una primaria tanto de la izquierda (Boric, Provoste y Enríquez-Ominami) como de la derecha (Kast y Sichel), esta vez se trataba exclusivamente de una primaria entre los tres candidatos de derecha opositora para dirimir quién iba a competir en segunda vuelta con la candidata exclusiva de la coalición de gobierno, ampliada además por la inclusión de la Democracia Cristiana en la lista parlamentaria y el apoyo a Jeannette Jara.

Los tres candidatos de derecha sumaron 6.516.287 (50,32%) votos, mientras la candidata oficialista y las otras tres candidaturas de izquierda y centroizquierda acumularon 3.880.779 (29,97%). Franco Parisi obtuvo 2.552.649 (19,71%) votos, muy cerca de los 2.635.508 votos que separaron a la derecha de la izquierda el 16 de noviembre pasado. En su primera incursión presidencial de 2013 había sorprendido obteniendo 10,11%, golpeó la cátedra en su segunda incursión de 2021 al superar por dos centésimas de punto al candidato de Chile Vamos con 12,81% de los votos.

Siempre subestimado por las encuestas, pues éstas subrepresentan sistemáticamente a quienes tienen menos interés en la política, justamente la franja donde Parisi cala mejor, aquellos votantes que no definen su voto de acuerdo a un marco de referencia ideológica ni a un posicionamiento determinado en el eje izquierda-derecha, sino más bien desde donde les aprieta el zapato, desde sus urgencias.

No debe sorprendernos que esta vez la distancia entre lo proyectado para Parisi en las encuestas y su resultado sea aun mayor, puesto que se incorporaron más de 6 millones de nuevos votantes al ser ésta la primera elección presidencial con voto obligatorio para todos los mayores de 18 años (antes lo fue sólo para quienes voluntariamente se inscribían en los registros electorales), engrosando considerablemente la franja de electores más sensibles a una crítica radical al establishment político.

Casi todas las encuestas (salvo La Cosa Nostra) mostraban que Parisi estaba en alza y probablemente superaría a Evelyn Matthei, pero no pudieron captar el efecto que tuvo la afirmación conservadora y su apelación al pinochetismo popular que caracterizó la campaña de Kaiser en su recta final.

Es muy posible que esa reafirmación de Kaiser haya ahuyentado hacia Parisi a una franja de sus electores atraídos por su desparpajo contra la élite dominante pero no por el conservadurismo ultramontano ni la nostalgia pinochetista, lo que explicaría que el candidato del Partido Nacional Libertario estuvo 3 o 4 puntos por debajo de lo que marcaba en los sondeos previos y probablemente explique parte importante de la distancia entre el voto de Parisi y el 13 a 14% que le proyectaban la mayoría de las encuestas (salvo La Cosa Nostra y Black & White), además de la subrepresentación de los nuevos electores, donde su resultado debe haber superado largamente el 25% de los votos.

Se acostumbra decir que la segunda vuelta es una nueva elección, pero en este caso el resultado está escrito en la distribución de los votos de la primera vuelta. Porque la distancia entre quienes optaron por alternativas de oposición y quienes lo hicieron por el gobierno o sus cercanos ideológicamente, es sideral.

En segundo lugar, porque los temas principales de la segunda vuelta serán los mismos que definieron la primera, combate a la inseguridad, recuperación del crecimiento económico y empleo, control migratorio y eficiencia para resolver las listas de espera en salud.

Y finalmente, porque toda elección presidencial comporta una dimensión de plebiscito al gobierno de turno, dimensión que estuvo muy presente por el protagonismo del presidente Boric en la campaña y, aunque se retraiga, será difícil que el voto mayoritariamente no sea una respuesta a la pregunta de si se quiere que sigan gobernando los que lo están haciendo hoy o se prefiere que lo hagan quienes están en la oposición. Hace 4 elecciones consecutivas que gana la oposición, sin importar su signo político, y el rechazo al gobierno es cerca del doble que su aprobación.

Ésta habrá sido la elección en la que Pinochet y la dictadura estuvo menos presente, aunque hubo esfuerzos iniciales desde la izquierda y desde la derecha para convertirla en una elección entre comunismo y fascismo, que resultaron completamente inútiles. El clivaje que dominó todas las elecciones hasta la del 2021 -el SI y el NO de octubre 1988- fue desplazado del lugar principal por el del Apruebo/Rechazo de septiembre 2022.

Seguramente porque esta importante decisión nacional se tomó hace 3 años y ya han transcurrido 37 años desde el plebiscito del 88 que abrió paso a la transición, muy probablemente también porque más del 80% de los votantes del 16 de noviembre y del 14 de diciembre próximo no participó hace casi 4 décadas y, en cambio, casi todos lo hicieron cuando se trataba de evaluar la propuesta constitucional de la Convención, primera elección en la que participó todo el país y no sólo su mitad ideologizada y politizada.

Hago aquí un ejercicio de distribución de la votación para la segunda vuelta de cada uno de los 6 candidatos que quedaron en el camino, asignándoles un porcentaje para Jara, otro para Kast y el restante para Nulos y Blancos.

Asumo que quienes votaron por Jara y Kast volverán a hacerlo, que Kast captará a lo menos 85% del voto Kaiser y 70% de quienes optaron por Matthei, pues estimo que un buen 16% podría hacerlo por Jara y otro 14% optar por anular o dejar en blanco su papeleta de votación.

Asigno la mitad del voto Parisi a Kast, mayoritariamente crítico del gobierno y votante del rechazo en 2022, pero un buen 36% orientándose a Jara, pues es en la votación de Parisi donde están los votos del Apruebo que le fueron esquivos en primera vuelta y podrían acudir en la segunda. De los votantes de Parisi y de Matthei saldrá mucho más de dos tercios del aumento de nulos y blancos que seguramente tendremos en segunda vuelta.  Hubo 500 mil en la primera, estimo superarán 1,3 millones en segunda vuelta.

Asigno la gran mayoría de los votos de Harold Mayne-Nichols, ME-O y Artés a Jeannette Jara, a Kast una porción muy minoritaria de los dos primeros, con 20% de la votación de los tres a engrosar los blancos y nulos.

Ejercicio de distribución de los votantes de Primera Vuelta entre Jara y Kast

Como vemos, estamos hablando de una ventaja de al menos dos millones de votos para el representante de la oposición con una disminución de los votos válidos desde 12,9 a 12,1 millones.

Invito al lector a cambiar los porcentajes de asignación de los votos de cada uno de los seis candidatos que no estarán en la papeleta del 14 de diciembre, para estrechar o ampliar este resultado posible. Sé que hubo pocas oficinas o grupos de amigos que se abstuvieron de ceder a la ludopatía dominante. Espero que este cuadro de base les sirva para hacer sus propias apuestas. Ésta no es la mía, es un ejercicio más bien conservador y edificante para el oficialismo, porque, como decía una expresidente y un conductor de matinal de la plaza, podría ser peor.

Por supuesto, las candidaturas y los comandos, con sus errores y aciertos de las próximas 3 semanas, podrán también incidir en el aumento o disminución de la distancia que separará a ambas opciones. Ésta es, en mi opinión, la posición de ambas candidaturas en la grilla de partida. (Ex Ante)

Pepe Auth