Una reciente encuesta, elaborada por el Centro de Investigación Ciclos de la Universidad Diego Portales (UDP) y Feedback Research, revela que la juventud chilena (rango etario de 18 a 29 años) muestra una marcada apertura hacia temas valóricos, distanciándose de posturas conservadoras. No obstante, sus preocupaciones personales se centran en la situación económica, y persiste un alto nivel de desinterés por la política. El estudio se basó en 1.000 encuestas presenciales realizadas entre el 30 de septiembre y el 17 de octubre en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío, con un margen de error del 3,1%.
En el ámbito valórico, la tendencia mayoritaria es a la liberalización. Un 53% de los jóvenes está de acuerdo en permitir sin restricciones la adopción de hijos por parejas del mismo sexo, mientras que esta cifra sube al 76% cuando se consulta por la autorización de las relaciones entre personas del mismo sexo sin prohibiciones. Respecto a la identidad de género, un 56% también se inclina por permitirla sin restricciones.
La postura se modera ligeramente en otros temas, como el aborto, donde la opción más votada (51%) es la de permitirlo con restricciones, aunque un 38% prefiere que sea sin prohibiciones. Similar panorama ocurre con el cultivo de marihuana en los hogares, que un 50% de los encuestados apoya con algún tipo de restricción.
La académica de la UDP Nicolle Etchegaray, a cargo del estudio, destaca que en Chile el fenómeno de un conservadurismo juvenil masculino no se está marcando con fuerza; por el contrario, las visiones machistas han disminuido. Por ejemplo, el acuerdo con que «la vida familiar se resiente cuando la mujer trabaja tiempo completo» bajó del 41% al 31% desde 2018. Prueba de ello es que un 62% está de acuerdo con que «una madre que trabaja puede establecer una relación tan cálida y sólida con sus hijos como una madre que no trabaja».
En cuanto a las preocupaciones a nivel país, la delincuencia, seguridad e inseguridad sigue siendo el principal problema para el 41% de los jóvenes, superando el 31% registrado en 2024. Le siguen la mala situación económica (21%) y la desigualdad (8%).
Sin embargo, cuando la pregunta se focaliza en el plano personal, la jerarquía cambia: el principal problema que afecta personalmente a los jóvenes es la situación económica (31%), superando a la delincuencia (29%). Etchegaray explica que esto tiene sentido al ser un grupo que está entrando o lleva poco tiempo en el mercado laboral y enfrenta dificultades materiales asociadas al empleo, aunque no difieren del resto de la población al percibir la delincuencia como la principal problemática nacional.
En el plano de las aspiraciones, el 78% cree que llegará a tener una mejor situación económica que la de sus padres. Las principales metas son estudiar o completar una carrera (36%) y comprar una vivienda (20%). Las metas, no obstante, están fuertemente segmentadas por estrato socioeconómico, siendo la estabilidad laboral más prioritaria en el segmento bajo, y los viajes, en el segmento alto. Un 64% de los jóvenes piensa en tener hijos.
Finalmente, el estudio revela un preocupante desinterés en la política, con un 40% que se declara «nada interesado», una cifra que ha crecido desde 2023. Etchegaray advierte sobre una «anomia» donde solo el 26% de los jóvenes dice entender bien los asuntos políticos. Paralelamente, la encuesta abordó el uso de la inteligencia artificial (IA), donde el 49% muestra una confianza neutra, siendo su principal uso la mejora del aprendizaje y la solución de problemas, con un 4% que incluso la utiliza para terapias o consejos.



