La candidata presidencial del oficialismo, Jeannette Jara, planteó este jueves la posibilidad de suspender o renunciar a su militancia en el Partido Comunista (PC), colectividad a la que ha estado ligada desde los 14 años. La candidata condicionó esta decisión a un eventual triunfo en el balotaje de diciembre, buscando despejar controversias.
Jara explicó que la medida tiene como objetivo principal poner todas sus energías en la gestión del país. «Si soy elegida Presidenta de los chilenos, y dado que esto genera tanta controversia, quiero poner mis energías en poder gobernar el país», afirmó la abanderada oficialista.
De concretarse, Jara seguiría el camino de dos mandatarios desde el retorno a la democracia. Patricio Aylwin anunció en enero de 1990 que «congelaría» su militancia en la Democracia Cristiana (DC) para desvincularse del interés partidista y comprometer su lealtad al programa de la Concertación.
Diez años después, en enero de 2010, Sebastián Piñera renunció a Renovación Nacional (RN) al asumir su primer mandato. El exmandatario se acogió a un estatuto interno del partido que exige la dimisión si un miembro es elegido presidente, buscando gobernar con «absoluta independencia» y solo comprometido con el interés de Chile.
A diferencia de Aylwin y Piñera, la mayoría de los presidentes posteriores al retorno de la democracia han mantenido su vínculo partidario. Eduardo Frei permaneció en la DC y Michelle Bachelet siguió siendo parte del Partido Socialista (PS) durante sus respectivos mandatos. Ricardo Lagos, además, mantuvo una doble militancia en el Partido por la Democracia (PPD) y el PS.
El actual mandatario, Gabriel Boric, mantiene su vínculo político con la colectividad que fundó, Convergencia Social, y que hoy forma parte del partido Frente Amplio. La decisión de Jara, por lo tanto, se alinea con una tradición de búsqueda de unidad e independencia que no todos los presidentes chilenos han adoptado al llegar a La Moneda. (NP-Gemini-La Tercera)
