La ministra de Defensa, Adriana Delpiano, abordó los desafíos clave de seguridad en la región del Pacífico Sur y el papel de Chile en la lucha contra el crimen organizado, destacando la cooperación internacional como herramienta fundamental.
La autoridad enfatizó la importancia de la cooperación multilateral y el trabajo conjunto de inteligencia con otras naciones de la zona. Explicó que este esquema de colaboración involucra a un grupo de países del Pacífico Sur, encabezado por Australia, y cuenta con Estados Unidos, Reino Unido y Japón como observadores.
Según Delpiano, el principal objetivo de esta colaboración es frenar el tráfico de drogas y de precursores químicos que se movilizan a través de los puertos de la región. Además, se busca fortalecer la contrainteligencia interna para evitar la infiltración del crimen organizado en las instituciones armadas del país.
Consultada sobre los denominados casos de «narco-soldados», la ministra minimizó su impacto, asegurando que se trataron de hechos aislados. Señaló que todas las personas involucradas fueron dadas de baja de inmediato y están siendo procesadas por la justicia, subrayando que la situación no se ha «extendido como reguero de aceite».
Respecto a la seguridad fronteriza en el norte de Chile, Delpiano defendió la estrategia de inversión tecnológica y la actual presencia militar en áreas sensibles como Colchane. Destacó que el país ha desplegado drones, puestos de observación y una Fuerza Armada que realiza un «esfuerzo enorme» para el control fronterizo.
Finalmente, la ministra marcó distancia con estrategias más agresivas, como la de Estados Unidos de bombardear embarcaciones sospechosas de narcotráfico. De manera tajante, afirmó que Chile es «un país de paz» y que el problema del narcotráfico «no se resuelve solo bombardeando», descartando el uso de acciones bélicas en la región para tal fin. (NP-Gemini-Pauta)
