En tiempos de incertidumbre, hay una certeza: la seguridad es la principal preocupación de la sociedad. El temor y la inseguridad han sido sensaciones que no han reconocido clases, rango etario ni demográfico. Todos hemos cambiado nuestras rutinas diarias para evitar ser víctimas de algún delito, mientras que el delincuente solo ve oportunidad -algunos probablemente pueden pensar que hasta ‘libertad’ para actuar-. Como ciudadanos, nos hemos tenido que adaptar a esta situación, pero cabe preguntarse entonces ¿cuál es la visión y misión del Estado frente a esta realidad?
Diariamente, los medios de comunicación inician sus informativos con noticias policiales. Día a día vemos, leemos y escuchamos sobre hechos delictuales, muchos de ellos con testimonios de víctimas. Y de operativos policiales con incautaciones, decomisos de drogas y armas.
Resultados que nunca han sido una casualidad, sino prueba del esfuerzo y profesionalismo de quienes velan por la seguridad, que muchas veces hacen frente a una evidente fragilidad en el sistema, como, por ejemplo, no contar con sistemas de control en línea -sistematizados, integrados y compartidos- junto con la tecnología que permita a todos los componentes del sistema de seguridad acceder en forma inmediata a los datos, lo que evitaría fugas, errores graves en resoluciones que benefician delincuentes y con ello generan impunidad.
Ante situaciones adversas poco nos ayuda lamentarnos o mirar para otro lado, es por ello que existiendo las herramientas y la oportunidad para hacer frente y combatir la delincuencia y el crimen organizado, quienes están llamados a legislar deben distinguir entre lo urgente y lo importante.
Ya es tiempo de dejar de lado los intereses personales y mezquinos, para pensar y trabajar por lo que es mejor para nuestro país. ¿Cuánto más debemos esperar por una nueva ley de inteligencia que nos permita anticiparnos y evitar la corrupción que no tiene límites? ¿Qué sucede con la ley de infraestructura crítica, para hacer más eficientes los limitados recursos en seguridad preventiva? ¿En qué está la ley de seguridad municipal quienes deben contribuir en la prevención con reglas claras?
Mientras nos hacemos estas preguntas, es el delincuente el que sigue avanzando. Es la violencia la que sigue presente. Es la nueva criminalidad la que se instala en nuestros barrios.
Ya no tenemos más tiempo para planes piloto. Hace décadas que reconocidas policías en el mundo utilizan armas menos letales como el taser o gas pimienta; países que cuentan con apoyo de sus Fuerza Armadas en materia de seguridad y orden público, incluso que han legitimado la función de seguridad municipal para recuperar espacios públicos. Sin embargo, pareciera que nosotros recién vamos a descubrir -o implementar- lo que hace tiempo es una realidad en países desarrollados.
Como General Director de Carabineros en situación de retiro, como un chileno que por casi cuatro décadas vivió y sirvió al alero del orden y la patria, mi llamado es para quienes son los representantes de la comunidad, a los electos y a quienes se postulan, a dar la debida y necesaria celeridad a la agenda de seguridad. A priorizar los recursos en aquellas instituciones que reditúan en esta tarea. Ojalá aun estemos a tiempo para contener y controlar esta pandemia de inseguridad. (Bio Bio)
Ricardo Yáñez



