La rectoría de la Universidad de Chile informó este lunes que se depuso la toma de la Casa Central del plantel, iniciada hace una semana por estudiantes en protesta contra lo que denominaron el «genocidio en Palestina». La ocupación se había mantenido desde el lunes 6 de octubre.
Mediante un comunicado, la universidad, firmado por la rectora Rosa Devés, condenó el método de protesta, pero reafirmó su postura institucional respecto al conflicto en Medio Oriente.
La rectoría señaló que, como institución, ha «expresado pública y claramente nuestra condena a la masacre de la población en los territorios ocupados, cuya escalada en los últimos años ha cobrado la vida de miles de personas y provocado una crisis humanitaria agravada por el bloqueo impuesto por el gobierno de Israel».
Asimismo, manifestó su esperanza en el reciente acuerdo de cese al fuego: «Junto a la comunidad internacional, seguimos con atención la materialización de los primeros pasos del acuerdo… y mantenemos la esperanza de que éste marque el inicio de un proceso de paz duradero, que permita la coexistencia estable de dos Estados independientes».
CRITICAS A MÉTODO DE LA TOMA
El texto detalló que durante los siete días de ocupación se mantuvieron conversaciones constantes con representantes estudiantiles (CRECE y otras vocerías) para buscar una solución a través del diálogo y asegurar el funcionamiento del edificio patrimonial.
La rectoría fue enfática en rechazar la toma:
«Nuestro compromiso será siempre promover procesos de diálogo que prevengan o reviertan la radicalización que da origen a acciones de fuerza, como la ocurrida recientemente en la Casa Central y que fue rechazada por una amplia mayoría de la comunidad universitaria.»
«Este tipo de acciones contravienen los principios que sustentan nuestra convivencia institucional, sin que los objetivos que se invoquen -cualquiera que estos sean- puedan servir de justificación.»
«Reiteramos, una vez más, nuestro convencimiento de que las tomas no son aceptables y que, en tanto acciones violentas, infligen daño a las personas y a la institución.»
Finalmente, el comunicado llamó a la comunidad a asegurar un ambiente «intelectualmente libre, crítico y responsable», basado en el «cuidado y respeto mutuo, el pluralismo y el diálogo razonado» para el fortalecimiento de la institución y la sociedad democrática.



