Género e irresponsabilidad fiscal

Género e irresponsabilidad fiscal

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Según el reciente informe del Estado de la Hacienda Pública, un 22,5% de la Ley de Presupuestos contribuye a la igualdad de género. Lo anterior se refiere a una medida impulsada bajo la administración de Gabriel Boric para promover, fiscalmente, la igualdad de género. Esta estrategia se sostiene sobre el supuesto de que la recaudación y el gasto de recursos públicos impactan de formas distintas a hombres y mujeres. Asimismo, este plan incorpora la medida del “etiquetado”, una especie de certificación que permite detectar el porcentaje de los recursos destinados a políticas de igualdad de género, directa o indirectamente.

Fue esta metodología la que permitió a la Comisión Mixta determinar que el porcentaje de la Ley de Presupuestos, destinado a la igualdad de género (22,5%), fuese equivalente a 18,5 billones de pesos entre asignaciones y subasignaciones etiquetables, distribuidas en 22 ministerios. De ese total, un 1,31% se destina directamente, mientras que el 21,2% contribuye indirectamente.

Un ejemplo de ello se evidenció, meses atrás, cuando se cuestionó al Ministerio de Energía por los casi $4.000 millones en gastos de la Oficina de Género, donde se hallaron órdenes de compra por $29.000.000 de pesos en  consultorías, para un documento que promovía la realización de charlas sobre corresponsabilidad y nuevas masculinidades. Evidentemente, hay quienes podrían pensar que sí es la función del gobierno promover una mejor calidad de vida de sus ciudadanas. Ahora bien, lo que no puede ocurrir es que se utilicen dichas intenciones para malgastar los recursos públicos.

Lo anterior se explica porque; mientras gran parte del presupuesto se derrocha en charlas, reuniones y consultorías sobre conceptos y medidas debatibles y –en muchos casos– cuestionables; la vida de las chilenas empeora al alero de un gobierno, supuestamente, feminista. No podemos olvidar que, hace un año, la encuestadora Ipsos arrojó que el 77% de las chilenas se sentía siempre o casi siempre insegura cuando salía de su casa al trabajo, a sus estudios u otras activades. Con todo, el panel también demostró una modificación en el estilo de vida de las ciudadanas, quienes alrededor del 58% habían dejado de salir, viajar o conducir solas, entre otras conductas, como cambiar su vestimenta y empezar a portar aparatos de defensa personal. En términos laborales, este año el desempleo femenino llegó al 10,1%, alcanzando su máximo de los últimos cuatro años.

Al contrastar ambas realidades, queda en evidencia que cuando las políticas se dejan seducir por la ideología, los efectos para los ciudadanos pueden ser lamentables. Se ha dicho anteriormente y se volverá a repetir. Las mujeres, en cuanto son sujetos de derecho, necesitan del Estado lo mismo que los hombres; es decir, seguridad, crecimiento, orden, progreso y libertad. Semejantes prácticas de gasto público demuestran cómo la irresponsabilidad fiscal de la actual clase dirigente ataca directamente los recursos públicos, afectando así la propiedad de todos los chilenos y chilenas, bajo la fachada de un feminismo que hoy traiciona a las suyas con un cruel silencio oportunista. (El Líbero)

Antonia Russi