La participación del candidato Franco Parisi (PDG) en el primer debate presidencial, donde exhibió imágenes del expresidente Sebastián Piñera y del general (r) Augusto Pinochet, sorprendió tanto a sus contrincantes como al equipo organizador. El gesto, que contravenía el acuerdo previo entre los comandos y Chilevisión, motivó una revisión más estricta de las reglas para los próximos encuentros televisivos.
El protocolo original establecía que los candidatos solo podían contar con lápiz, papel y apuntes personales. Además, se prohibía el uso de dispositivos electrónicos, libros u objetos voluminosos sobre los podios, y se exigía que los teléfonos móviles permanecieran apagados y guardados para evitar interferencias técnicas. La acción de Parisi tensionó el ambiente y llevó a los organizadores a reforzar las restricciones para los siguientes foros.
En el horizonte se perfilan al menos tres debates relevantes: el de Canal 13, el de los canales agrupados en Anatel y el de las emisoras radiales de Archi. El primero ya provocó fricciones entre los equipos, especialmente por su formato rígido. Según el documento enviado por Canal 13, los candidatos podrán ingresar con documentos escritos o digitales, pero no podrán mostrarlos en pantalla. Cualquier incumplimiento será sancionado con la interrupción del plano cerrado y una advertencia pública por parte del periodista a cargo.
Desde el comando de Jeannette Jara se expresó incomodidad con estas condiciones, ya que la candidata no utiliza tablets y prefería contar con su teléfono móvil. A pesar de ello, confirmó su participación en el debate que será conducido por Iván Valenzuela y Soledad Onetto. Jara y el equipo de José Antonio Kast han sido los más críticos respecto a este tipo de formatos, y ambos han optado por restarse de instancias gremiales o televisivas que no se ajusten a sus estrategias.
Kast, por ejemplo, ha declinado participar en programas como “Candidato, llegó tu hora” de TVN y “El candidato” de Mega, argumentando que prefiere espacios con parámetros claros y diálogo sustantivo. Evelyn Matthei, en cambio, ha mantenido una postura más abierta, sin requerimientos especiales para sus apariciones en televisión.
La exposición simultánea de los ocho aspirantes a La Moneda genera inquietud en los comandos, especialmente por el efecto comparación que puede favorecer a candidatos menos conocidos, como ocurrió con Harold Mayne-Nicholls en el primer foro. También preocupa la posibilidad de que los postulantes sean sorprendidos con información inesperada, lo que ha intensificado las sesiones de preparación, incluyendo simulacros con sparrings. En el caso de Matthei, el exjefe de gabinete Matías de la Fuente ha asumido un rol clave en esa tarea.
En los próximos días, Anatel revisará el formato de su debate, mientras que Enade hará lo propio este martes. CNN, por su parte, ya prepara su espacio para el balotaje, en un escenario donde cada aparición pública se vuelve estratégica y cada regla, motivo de negociación. (NP-Copilot- La Tercera)
