Por un tercer portazo al aborto libre-Roberto Astaburuaga

Por un tercer portazo al aborto libre-Roberto Astaburuaga

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En plena campaña electoral, el gobierno está tirando toda la carne a la parrilla. Lo que no hizo en cuatro años, quiere hacerlo en pocos meses. Quiere darse un gustito. Hay una crisis enorme en el sistema de salud, con listas de espera y problemas de financiamiento, pero Boric, Orellana y Aguilera priorizan el aborto (y la eutanasia) libre.

Esperaron a que comenzara la carrera electoral para ponerle urgencia y acelerar la tramitación. Dicen que no tienen los votos, pero les importa más que se discuta, y que pueden negociar la cantidad de semanas para realizar el aborto. Como si se tratara de regatear el precio de la verdura en la feria. Es de una frivolidad y crueldad impresionante. Se dicen feministas, pero no dudan en instrumentalizar el dolor y la vulnerabilidad de la mujer para subir uno o dos miserables puntitos en la Cadem semanal, fidelizando a su 30%. Amiga, date cuenta. Si realmente les importara, lo hubieran presentado antes. ¿Y ahora se vienen a preocupar de las mujeres que abortan y supuestamente mueren, son encarceladas o de bajos recursos? Tuvieron que inventar excusas para atrasar la presentación del proyecto y esperar a apretar el acelerador para que calzara con la campaña electoral. Tampoco les importa no tener los votos. Quieren que se hable de aborto, pero porque sí. Ahí van preparando miradas serias, voces lastimeras y lágrimas de cocodrilo, con el pañolito verde amarrado y alguna cancioncita nueva que se habrán inventado. Un show despreciable y miserable.

El proyecto de ley, por supuesto, está al nivel de las iniciativas de la Convención Constitucional. Aburridamente reiterativo, citando la opinión de cuanto comité internacional se les cruza, el proyecto sería tres veces más corto. La circularidad de sus argumentos daría risa si no se tratara de un tema delicado. Las cifras y estudios manipulados convenientemente intentando que digan lo que no pueden decir. Por supuesto, a escondidas, intentan ampliar las causales vigentes. Si se les debe reconocer que no lo redactaron en lenguaje inclusivo y ahora ocupan la palabra mujer y no persona gestante, persona con capacidad de gestar. Al menos eso aprendieron… aunque basta una levantada de ceja del lobby trans para pedir perdón y cambiarlo.

Como buenos reyes de la voltereta, predican contra la discriminación, pero prefieren ignorar la eugenesia del aborto libre, que se ensaña especialmente en los niños no nacidos con Síndrome de Down (SD). En la mayoría de los países que cuentan con buenas técnicas de diagnóstico prenatal es posible detectarlo a través de la amniocentesis, un estudio con líquido amniótico que sirve para detectar enfermedades o anomalías, como la del SD. Sin embargo, el mal uso de estas técnicas cuando se permite el aborto libre ha provocado un antes y después en la cantidad de nacimientos de estos niños. Se ha calculado que en Europa el 54% de los casos en que se detectó síndrome de Down terminaron en aborto, cifra que sube a 83% en España y al 92% en Islandia. Para ellos no hay inclusión. Hasta ahí no más con la diversidad.

Ninguna vida vale menos, haya nacido o no. Toda madre tiene el derecho a exigir del Estado y la sociedad la ayuda necesaria antes, durante y después del parto para traer su hijo al mundo.

Chile ya les dijo que no quiere el aborto hasta las 14 semanas, cuando la Cámara rechazó en 2021 un proyecto de ley similar. Les volvió a decir que no cuando quisieron meter el aborto libre como un derecho en la Constitución. Pero parece que no aprenden. Será necesario un tercer portazo. (El Líbero)

Roberto Astaburuaga